El gran Dirigente Kim Jong Il dijo:
“Considerar el universo tomando al hombre como centro significa tratar al universo partiendo de los intereses de su verdadero dueño, es decir, del hombre.”
Tratar al universo partiendo de los intereses del hombre significa considerar el universo en la posición de que se sirva mejor para el hombre.
El punto de vista y la actitud de considerar el universo partiendo de los intereses del hombre son, ante todo, el punto de vista y la actitud que analizan y califican el valor de todos los fenómenos de las cosas como norma poniendo las demandas y los intereses independientes del hombre en el primer lugar en las actividades de la concepción y de la práctica.
Todas las actividades del hombre para entender y cambiar al mundo y a sí mismo siempre se efectuan sobre la base de la calificación del valor a los fenómenos de las cosas. El valor es la importancia, la utilidad. El valor es tenido por los fenómenos objetivos de las cosas, pero éste se califica por el hombre. Se trata de que, cuan valiosos y útiles son la importancia, la utilidad de los fenómenos de las cosas para el hombre.
El valor de los fenómenos de las cosas se puede calificar correctamente solo tomando las demandas y los intereses independientes del hombre como normas. Calificar correctamente el valor de los fenómenos de las cosas es definir de modo correcto si esto es de gran significación y es útil para la existencia y el desarrollo de la gente, si es necesario y favorable para el hombre. Esto significa que si es adecuado o no a la demanda y el interés independientes del hombre se hace como norma que califica el valor de los fenómenos de las cosas correctamente. El hombre, solo poniendo su demanda e interés independientes en el primer lugar y calificando el valor de los fenómenos de las cosas tomándolos como norma absoluta, puede realizar las actividades para elegir el objeto adecuado a su interés y entenderlo y transformarlo con fines bien definidos.
El punto de vista y la actitud de considerar el universo partiendo de los intereses del hombre son, además, el punto de vista y la actitud de poner la demanda y el interés independientes del hombre en el primer lugar y hacer todo para que se contribuyan a su realización en las actividades de la concepción y de la práctica.
El objetivo de que el hombre conoce y transforma el mundo no está en el mismo, sino en la realización de sus demandas e intereses independientes. Que el hombre califica el valor de los fenómenos de las cosas es para clasificar lo que es adecuado o no a su demanda e interés independientes a través de esto y, basándose en esto, manejar todo útilmente para sí mismo.
El hombre, poniendo su demanda e interés independientes en el primer lugar y manejando todos los objetos que se presentan en las actividades de la concepción y de la práctica conforme a ello, puede hacer que todas las cosas del mundo se sirvan mejor para sí mismo y forjar su destino de modo exitoso transformando lo desfavorable en lo favorable y, lo favorable en lo más favorable.
La razón de que hay que considerar el universo partiendo de los intereses del hombre es porque el hombre es el dueño del mundo y su interés es lo más valioso en el mundo.
Como el hombre es el dueño del mundo, es un ser más valioso en el mundo. En el mundo hay muchos seres materiales, pero sus dueños son el hombre. El mundo de los materiales objetivos es un objeto que se domina por el hombre y que se sirve a éste. Por eso, el hombre es el ser más valioso en el mundo y no hay en el mundo lo más valioso que el interés de éste.
El valor de los fenómenos de las cosas solo se puede calificar y discutir en relación con los intereses del hombre, dueño del mundo. La cosa útil para la existencia y el desarrollo del hombre y la cosa necesaria y favorable para éste pueden ser, precisamente, las valiosas.
El requerimiento principal del punto de vista y la actitud de tratar al mundo partiendo de los intereses del hombre es presentar como el principio superior defender los derechos y los intereses independientes del hombre en todas las actividades y obedecer todo a la realización del deseo y la demanda independientes del hombre.