Póngase letras de registro Son letras prohibidas

El gran Dirigente Kim Jong Il odiaba la adulación y nunca la aceptaba durante toda su vida, pero hubo la “adulación”, la cual él quería aceptar de buena gana en cualquier ocasión.
En abril de 1976, el gran Dirigente pasaba unos días de “descanso” fuera del despacho por la petición incesante de los funcionarios. Pero, su trabajo no se interrumpió ni un momento; Solamente se disminuyeron las llamadas telefónicas y el acceso de los funcionarios.
En aquel entonces, un diseñador que tenía unos diseños y documentos para recibir la conclusión de manera urgente se dirigió al gran Dirigente con manos vacías para no molestar su descanso.
El gran Dirigente quien lo esperaba con impaciencia estuvo muy desolado al saber que el funcionario había venido con manos vacías.
El funcionario le dijo que no se permitía trabajar en aquel lugar. Entones, el gran Dirigente le dijo que él era muy recto y que no sabía “adular”.
Prosiguió que nunca jamás permitía la adulación pero, si fuera la “adulación” de darle el trabajo, la aceptaría de buena gana en cualquier caso.
Los ojos del funcionario se mojaron venerando al gran Dirigente que decía lo siguiente: Cuando no tengo trabajo, no puedo soportar porque siento la indisposición por la fatiga. Tú dijiste que no trajiste el diseño para mí, pero este acto te quita las “notas”.
Por eso, el funcionario tuvo que dirigirse otra vez al gran Dirigente llevándose consigo todos los diseños en el próximo día.
Así que, la única “adulación” que el gran Dirigente, quien continuó el trayecto de la devoción en aras de la patria y el pueblo sin ni un momento de descanso, recibió fue el trabajo.