Dicen que es fácil ser madre, pero difícil cumplir con su obligación.
Significa que la madre consagra mucha devoción y amor para sus hijos.
En la RPD de Corea, donde el sacrificio para el prójimo se considera como virtud hermosa, hay muchas mujeres que atienden solícitamente a los huérfanos y consagran todo lo suyo para la sociedad y la colectividad. Además, hay otras que viven como “madre” de los soldados del frente por más de 10 años.
Por eso, en ella la palabra “madre” se llama como un vocativo más afable y familiar.
Pero, en la sociedad capitalista ese vocativo se considera como un pronombre del terror.
En octubre de 2019 en una ciudad de Japón una mujer fue arrestada bajo la sospecha de haber matado a su hija mayor de 6 años de edad.
Pese a tal crimen bestial, la sospechosa no sentía ni un ápice de culpabilidad y dijo sin vergüenza a la policía: He matado a mi hija.
¿Cómo se puede llamar madre a tal delincuente?
En el mundo no existe otro amor más fuerte y ardiente que el maternal. Pero en la sociedad capitalista donde reinan la misantropía y la ley de la selva numerosas mujeres caen en vicios y se hacen asesinas.
El hecho muestra elocuentemente lo que es la sociedad capitalista.