El aseguramiento y la protección de los derechos humanos de las mujeres, los niños y los inválidos, que es un gran asunto social de la escala mundial, se realizan de manera más excelente en Corea.
Las mujeres coreanas ocupan una posición social igual que los hombres y ejercen imponentemente su dignidad siendo respetadas como fuerza social potente que empuja otra rueda de la revolución.
En el gran jardín de respeto a la mujer extendida sobre esta tierra, las mujeres de diferentes clases y capas de Corea se gozan de una vida digna siendo diputadas a la Asamblea Popular Suprema y profesoras y doctoras, y trabajan y viven en los lugares dotados suficientemente de las condiciones de la vida cultural recibiendo un servicio médico excelente.
En todas partes de Corea donde se presentan a los niños como reyes hay palacios de niños y campamentos de Organización de Niños, y los niños sin padres llevan una vida feliz no dándose cuenta de la tristeza de los huérfanos en los asilos de niños, los orfanatos, las escuelas primarias y secundarias para huérfanos.
Además, los inválidos tienen los derechos iguales que las personas ordinarias entre la atención estatal. Se aseguran de la enseñanza de empleo de los inválidos, la enseñanza de los niños inválidos y las condiciones racionales de la vida.
Gracias a la política de la protección de los inválidos del régimen socialista de Corea, los inválidos desarrollan plenamente sus talentos realizando ampliamente las actividades artísticas y deportivas.
Es precisamente el régimen socialista de Corea la sociedad superior que asegura los derechos humanos de manera más excelente.