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Las mujeres coreanas quienes van acatando a la Patria socialista con el afecto y la abnegación

    Las mujeres de la Corea socialista quienes llevan una vida feliz y orgullosa siendo respetadas como flor de la vida, la felicidad y del país consagran lo todo en aras de la prosperidad de la Patria grabando el patriotismo en sus almas.

    El Máximo Dirigente Kim Jong Un dijo:

    “Nuestras mujeres constituyen una fuerza potente que empuja una de las ruedas de la revolución.”

    Las mujeres coreanas son patriotas fervientes que acatan a su Patria con el afecto y la abnegación infinitos.

    En los días de la lucha sangrienta antijaponesa y de la guerra violenta, las mujeres coreanas demostraron el heroísmo y sacarificación sin igual consagrando todo lo suyo en aras de la Patria y la revolución. Lo que se grababa en el corazón de las mujeres coreanas quienes seguían el único camino del patriotismo siguiendo al Partido invariablemente cuando el país sufría las dificultades era la convicción de que, la felicidad de sí misma y de la familia solo podían existir teniendo a la Patria socialista.

    Entre las mujeres coreanas están las soldadas que pasan su juventud preciosa en la defensa del Líder y de la Patria, las abanderadas que dirigen a las masas siendo propagandistas activas de la política del Partido y conductoras de su cumplimiento apreciando al asunto nacional más que al de la familia y las jóvenes que se dirigen a las montañas, mares, lugares de exploración, remota región montañosa y las islas solitarias si se exige por la Patria. Las mujeres están entre las filas de los innovadores laborales que cumplen sin falta el proyecto de la economía nacional demostrando en lo alto el espíritu revolucionario de apoyarse en las propias fuerzas y luchar con tenacidad pese a las dificultades incesantes, los creadores de los éxitos científicos y técnicos que sorprenden al mundo y los protagonistas del mito deportivo de la Corea de Juche.

    Las mujeres coreanas son genuinos seres humanos que florecen la armonía y unidad de la gran familia socialista y que enriquecen el porvenir con el afecto y la abnegación infinitos.

    Respetar a los padres, cuidarse de los hijos y de la vida familiar y abnegarse en aras de la sociedad y colectividad son cualidades hermosas y nobles de las mujeres coreanas. El afecto y simpatía de las mujeres a la gran familia socialista nunca se enfrían ni un momento y sus nobles rasgos se hacen como nutrimientos que florecen la armonía y unidad de la sociedad.

    En Corea socialista donde se ha extendido el jardín de flores de conceder prioridad y respetar a las mujeres, éstas reciben el respeto como flores de la época y hacen gala de las creadoras de una vida hermosa y de las poseedoras de las virtudes hermosas. Los actos valorables de las mujeres que dan a luz a muchos hijos, los crían de manera excelente y los presentan ante la Patria y que tratan a sus camaradas y vecinos con el afecto y simpatía verdaderos constituyen una escena orgullosa que se extiende en Corea socialista.

    El optimismo revolucionario y el romanticismo de las mujeres que nunca tienen una vista pesimista pese a las incesantes pruebas y dificultades y que avanzan firmemente hacia el futuro brillante se hacen como las fuentes que le conspiran a la gran familia socialista el vigor, la vitalidad y el coraje combativo.

    La convicción grabada profundamente en el corazón de las mujeres coreanas quienes se gozan de una vida feliz es que, teniendo al gran Partido y la Patria socialista, existen la dignidad, los derechos y la vida orgullosa de las mujeres. Son el Presidente Kim Il Sung y el gran Dirigente Kim Jong Il quienes liberaron a las mujeres coreanas de la subyugación colonial y de las trabas feudales y quienes les ofrecieron la vida y dignidad del ser humano independiente, excelentes condiciones de las actividades sociales y de la vida.

    Hoy día, el movimiento de la mujer coreana, en acato alto al Máximo Dirigente Kim Jong Un, va abriendo la era de esplendor de su desarrollo. El Máximo Dirigente dirige a las mujeres coreanas para que sean fuerzas poderosas que empujan vigorosamente una de las ruedas de la revolución teniendo nobles conceptos a la Patria, al pueblo y a la generación venidera. Gracias al noble amor del Máximo Dirigente quien asegura firmemente la dignidad y posición social de las mujeres y que no escatima nada para su salud y mejoramiento de las condiciones de la vida, las mujeres coreanas llevan una vida orgullosa y feliz en los empleos adecuados a su capacidad y constitución física sin ninguna preocupación de sus casas, niños, empleos y del tratamiento médico.

    El futuro de Corea socialista, país donde respeta y presenta activamente a las mujeres y donde las mujeres que ocupan la mitad de la población desempeñan su misión y deber ante la familia y sociedad teniendo la noble personalidad y los rasgos espirituales y morales, es infinitamente luminoso y prometedor.