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    El Presidente Kim Il Sung dijo:

    “El camarada Kim Jong Il posee indoblegable voluntad, audacia, extraordinaria inteligencia y elevado arte de mando militar, cualidades propias del Comandante Supremo de las fuerzas armadas revolucionarias. He aquí, la garantía para fortalecer y desarrollar sin tregua nuestras fuerzas armadas revolucionarias y triunfar siempre en el combate.”

    El Dirigente Kim Jong Il con los rasgos de dirección extraordinarios es el comandante genial sin igual que dirige a la victoria la causa revolucionaria de Songún valiéndose de la dirección destacada y probada.

    El temperamento del comandante famoso constituye la perspicacia y destreza extraordinarias, la convicción y voluntad férreas, la audacia y el coraje sin par, el amor y la bondad ardientes.

    Lo importante en sus rasgos es, en primer lugar, la clarividencia militar excepcional y la destreza hábil sin par.

    La perspicacia y la destreza militares constituyen la capacidad y el rasgo que un comandante genial debe poseer.

    Es principal en su clarividencia la perspicacia ideo-teórica, que se manifiesta en presentar el modo de política que refleja más correctamente la aspiración de las masas populares y la exigencia de la época y la revolución.

    La política es, precisamente, la fuerza. La política que no cuenta con el apoyo de las fuerzas militares no es posible aplicarse con éxito. La perspicacia y la capacidad de un político moderno dependen de cómo combinar la política y los asuntos militares.

    Entrando en la década de los 90 del siglo 20, la presión política y militar de los EUA encaminada a aplastar el socialismo coreano se intensificó más que nunca.

    Basándose en el análisis científico de la situación cambiada, el Dirigente Kim Jong Il profundizó y desarrolló la idea de dar prioridad al fusil, a los asuntos militares del Presidente Kim Il Sung para presentar el original modo de política Songún. El Partido, el ejército y el pueblo de la RPDC pudieron controlar y mantener a raya con poderosa fuerza persuasiva militar a los agresores imperialistas, salvaguardar el socialismo y alcanzar la victoria de la revolución coreana.

    Su perspicacia y destreza militares son la clarividencia misteriosa con que sabe al dedillo, al momento, la esencia escondida en el fenómeno expuesto, y la previsión con que toma las medidas exactas previendo que causará el cambio de la situación militar que nadie percibe todavía.

    Su perspicacia y destreza clarividentes se manifestaron con claridad mediante la dirección para desarrollar la industria bélica al presentar la línea de construir la economía de la época de Songún.

    En la situación seria en que se intensificaban cada día más las tentativas de los EUA dirigidas a aislar y aplastar político-militarmente y bloquear económicamente a la RPDC el problema de cómo avivar y utilizar la industria bélica se presentó como cuestión vital que definiese la victoria o el fracaso de la revolución y la existencia o la ruina del país. La dirección clarividente de Kim Jong Il, que priorizó los asuntos militares, la industria bélica percatándose científicamente de los requerimientos reales de la RPDC que podía vivir sin caramelos, pero no, sin balas, fue el factor decisivo que permitió a la industria bélica nacional desarrollarse como una independiente y moderna de nivel mundial. Esta industria autóctona y moderna posibilitó producir a su antojo potentes armas, materiales y equipos técnicos de combate y realizar en un nivel más elevado la modernización de todo el ejército, el armamento de todo el pueblo y la fortificación de todo el país. Hoy las fuerzas armadas revolucionarias de la RPDC, dispuestas de los medios de ataque y defensa, poderosos y modernos, se fortalecieron y se desarrollaron en el ejército invencible capaz de garantizar firmemente la victoria de la revolución de Songún.

    La destreza del Dirigente Kim Jong Il, por ser ofensiva, asegura mil victorias.

    Su destreza intransigente, decisiva y hábil garantiza siempre victorias en la confrontación militar con los EUA que se jactan de la “supremacía” mundial.

    Por eso, Kim Jong Il goza de mucho prestigio como dirigente con la perspicacia militar y la destreza hábil extraordinarias.

    Lo importante en sus rasgos es, en segundo lugar, la convicción revolucionaria y la voluntad indomable, la audacia y el coraje sin par.

    La revolución se hace con la convicción y la voluntad, la audacia y el coraje. Si un revolucionario no se mantiene en su convicción, su vida será deshonrosa, pero en caso del dirigente político, el partido y el Estado se arruinarán, lo cual es la verdad probada por la historia.

    Kim Jong Il es el máximo encarnador de la convicción y la voluntad.

    Contando con la convicción y la voluntad, nunca se rinde al desafío y chantaje del enemigo ni vacila en cualquier adversidad. Para salvaguardar la revolución en la situación difícil presta primordial atención a los asuntos militares. He aquí su temperamento invencible.

    Dirige a la victoria la revolución respondiendo con el golpe militar implacable a las tentativas de los EUA encaminadas a agredir a la RPDC, con la supraintransigencia a la presión política y diplomática y con la ofensiva de ideología revolucionaria a la reaccionaria. En el proceso de la dirección de Kim Jong Il se ponen de pleno manifiesto la convicción y la voluntad férreas, la audacia y el coraje sin par.

    La revolución coreana dio una prueba práctica que el partido, el ejército y el pueblo de firme convicción no se corrompen ni pierden ni se desintegran. La RPDC que defiende el socialismo y logra la victoria de la revolución con la convicción y la voluntad manifiesta su dignidad como baluarte del socialismo.

    Lo importante en sus rasgos es, en tercer lugar, el amor y la benevolencia.

    Estos son rasgos importantes del comandante genial.

    El amor y la confianza de Kim Jong Il se basan en la filosofía de “Iminwichon” (considerar al pueblo como el cielo) y en la teoría reconocida de que la confianza trae fidelidad, y la desconfianza traición.

    El Dirigente Kim Jong Il, que definió la camaradería revolucionaria como fundamento de la unidad monolítica, la potencia espiritual del Partido y la fuerza motriz de la revolución, dispensa al ejército y pueblo el gran afecto camaraderil, muy valioso.

    Su amor y confianza en los camaradas revolucionarios se ponen de pleno manifiesto en el afecto a los oficiales y soldados del Ejército Popular.

    Kim Jong Il ve en los soldados a los camaradas revolucionarios que comparten la ideología y el afecto, no entre el Comandante Supremo y el soldado y va adonde los soldados, aunque están distantes y está áspero el camino, para dispensarles el amor y la confianza.

    El coraje y el amor de Kim Jong Il, que para los soldados va sin ninguna vacilación a la primera línea de frente, atraviesa los precipicios muy escarpados y supera los vientos y olas, conmueven a los soldados y el pueblo. De veras, es el gran camarada y el padre generoso que presenta al Ejército Popular como pilar y grueso de la revolución y confía con amor ardiente en los oficiales y soldados del Ejército Popular.

    Su amor y confianza sirven de fuente ideo-espiritual que hace de los soldados gentes indoblegables. Gracias a su amor y confianza el Ejército Popular lucha por la victoria de la revolución del Songún preparándose como grueso de la revolución y manifestando su espíritu y coraje, y el socialismo se defiende con firmeza.

    Con Kim Jong Il salimos siempre victoriosos, lo cual es la verdad invariable experimentada por el ejército y el pueblo de la RPDC a través de la práctica. Saldrá indudablemente victoriosa la causa revolucionaria de Songún de la RPDC que avanza segura con Kim Jong Il, veterano de la política, genio de los asuntos militares y personificación de la benevolencia, al frente.