2 de octubre de 1995
Han transcurrido 50 años
desde la fundación de nuestro Partido.
Con motivo de este cincuentenario, nuestros militantes y demás ciudadanos rememoran con emoción la gloriosa trayectoria de lucha de nuestro Partido que, encabezado por el querido camarada
Kim Il Sung , alcanzó victorias históricas y cambios seculares, y expresan su eterno agradecimiento y noble sentimiento de respeto al gran Líder que lo fundó y guió.
Gracias a su sabia dirección, el Partido del Trabajo de Corea surgió como un nuevo partido de la clase obrera, y se consolidó y
desarrolló como un experimentado partido revolucionario, templado y probado en medio del fuego de medio siglo de lucha, como un partido invencible que goza del apoyo y confianza total del pueblo. Asimismo, escribió una nueva y brillante historia en el
desarrollo de la causa por la independencia de las masas populares, la causa del socialismo, y en este camino realizó
grandes e imperecederas proezas.
La gran historia del Partido del Trabajo de Corea es precisamente la de las activida
des revolucionarias del querido camarada
Kim Il Sung . Este dejó sublimes huellas en su trayectoria colmada tanto de pruebas como de gloriosas victorias, y su nombre está relacionado con las
grandes proezas de nuestro Partido y con su invencible poderío y alto prestigio.
El Partido del Trabajo de Corea es el partido del gran Líder, camarada
Kim Il Sung , y su historia de 50 años resplandece por su gran nombre y proezas que estarán escritos eternamente en ella.
El glorioso Partido del Trabajo de Corea, bajo la dirección del gran Líder, camarada
Kim Il Sung , ha abierto un nuevo camino y establecido un brillante ejemplo para la construcción de partidos revolucionarios en la época de la independencia.
El camarada
Kim Il Sung consideró la construcción del partido como un problema esencial de la revolución y
desde su inicio, realizó
grandes esfuerzos para fundar un partido revolucionario capaz de conducirla. A partir de la firme convicción de que el sujeto de la revolución lo constituyen las masas populares,
desplegó la lucha revolucionaria mediante su movilización, y también para fundar el partido se adentró entre ellas con el fin de colocar sus cimientos
desde las instancias inferiores mediante la formación de auténticos comunistas y la constitución de las organizaciones de base.
La base organizativa e ideológica para la fundación de nuestro Partido se estableció y consolidó en medio de la ardua Lucha Revolucionaria Antijaponesa de cuatro lustros, bajo la dirección del camarada
Kim Il Sung . En esa severa batalla preñada de las más disímiles dificulta
des y donde se jugaba la vida, crecieron y se templaron los comunistas medulares, se logró la auténtica unidad y cohesión de las filas de la revolución en torno al Líder y se consolidó firmemente el terreno de masas para el movimiento comunista.
En el proceso de organizar y guiar a la victoria la Lucha Revolucionaria Antijaponesa, el camarada
Kim Il Sung estableció las gloriosas tradiciones revolucionarias que servirán de piedra angular sempiternamente para nuestro Partido y revolución.
Gracias a esa sólida base organizativa e ideológica y las brillantes tradiciones revolucionarias, nuestro Partido pudo fundarse oportunamente pese a las complicadas circunstancias
después de la liberación, y cumplir con honor,
desde ese momento, su misión como estado mayor político
destinado a guiar la construcción de una nueva patria.
Con su fundación, nuestro pueblo pudo forjar victoriosamente su
destino con su fidedigno
destacamento de vanguardia y estado mayor combativo, y se comenzó a escribir la nueva historia del partido revolucionario de la época de la independencia.
Después de cumplida de modo brillante y original la obra de la fundación del Partido, nuestro querido Líder, camarada
Kim Il Sung , dirigió acertadamente su estructuración y lo fortaleció como un gran partido revolucionario.
La historia de la construcción de nuestro Partido es la de la correcta aplicación de la doctrina Juche y de las ideas y teorías sustentadas en ella bajo la dirección del camarada
Kim Il Sung .
Nuestro partido revolucionario se ha construido, fortalecido y
desarrollado con la doctrina Juche como su idea rectora.
El carácter, el objetivo de lucha y el rumbo principal de la construcción y las activida
des de un partido se definen por su idea rectora, y también por ella se deciden su combatividad y poderío. Solo un partido guiado por una gran idea puede ser un gran partido.
Al concebir la inmortal idea Juche, el gran Líder, camarada
Kim Il Sung , les indicó a las masas populares el camino correcto para forjar su
destino de manera independiente, y por primera vez en la historia del movimiento comunista, construyó un partido revolucionario de nuevo tipo guiado por la idea Juche, lo cual constituye el más relevante de sus méritos.
La idea Juche deviene una nueva concepción científica del mundo que refleja fielmente la aspiración de las masas populares a la independencia y las exigencias de la época; es una gran doctrina que ha imprimido un cambio histórico en el
desarrollo de la ideología revolucionaria de la clase obrera. Constituye la base ideológica y teórica para la construcción de nuestro Partido, la única guía del proceso revolucionario y constructivo. Invariablemente, nuestro Partido ha venido realizando su estructuración y sus activida
des teniéndola como guía, y gracias a ello se ha fortalecido y
desarrollado como un poderoso partido revolucionario con muy sólidos cimientos, como una gran y prestigiosa organización que conduce la revolución y su construcción por el camino de la victoria. El hecho de que se ha guiado por la idea Juche en su estructuración y sus activida
des constituye la característica esencial de este proceso.
A partir de la gran idea Juche y de sus fecundas experiencias adquiridas en varias etapas de la lucha revolucionaria que dirigiera, el camarada
Kim Il Sung esclareció en un nuevo plano los principios y preceptos básicos de la estructuración del partido de la clase obrera y las vías para su aplicación y sistematizó las ideas y teorías jucheanas de la construcción del partido en todos los aspectos.
Estas son, en una palabra, ideas y teorías centradas en el hombre y fundamentadas en el principio básico de la idea Juche. Su esencia consiste en que en la construcción y las activida
des del partido se deben resolver todos los problemas poniendo al hombre en el centro de la consideración y mediante el trabajo con él. La solidez y el poderío del partido y demás éxitos en su construcción dependen de cómo se educa y aglutina en lo organizativo e ideológico a los cuadros y demás militantes que lo integran y de cuán sólidamente se agrupa a su alrededor a las masas que constituyen su terreno socio-clasista. La labor con las personas es la base para la construcción del partido, el fundamento de su trabajo y el propio modo de actuar de ese partido de la clase obrera cuya arma más poderosa es la ideología. Solo dirigiendo la atención principal a dicha labor, es posible estructurar con firmeza sus filas, consolidar sus bases entre las masas, y conducir con éxito la revolución y su construcción.
Las ideas y teorías jucheanas sobre la construcción del partido dilucidan en un nuevo plano el principio básico de este proceso a partir del principio sobre el sujeto de la revolución, que es el conjunto del líder, el partido y las masas. Las masas populares, solo bajo la dirección del partido y del líder, pueden ocupar la posición y
desempeñar el papel como sujeto de la revolución. Dentro de este, el líder es el cerebro supremo, el centro de la unidad y cohesión, mientras el partido es la organización política que lleva a la práctica las ideas y la dirección del líder. Al margen de la ideología y la dirección del líder, el partido es inconcebible como organización política rectora, y sin que este se vincule con las masas es imposible conducir a la victoria el proceso revolucionario y constructivo. Cuando el líder, el partido y las masas se funden en un solo cuerpo con el primero como centro, pueden formar el más fuerte y poderoso sujeto de la revolución, y esto constituye una gran fuerza impulsora de la revolución y su construcción. Por esta razón, el partido de la clase obrera debe estructurarse como partido del líder, como organización política
destinada a ejecutar sus ideas y su dirección y fundirse en un todo con las masas populares. Este es el requisito esencial para su existencia y
desarrollo, un principio básico que ha de observar y mantener invariablemente en su construcción.
Las referidas ideas y teorías del camarada
Kim Il Sung , al esclarecer los más científicos y revolucionarios principios, preceptos y vías que han de ser aplicados y materializados estrictamente en su estructuración y activida
des, han devenido una poderosa arma ideológica y teórica para consolidar nuestro partido en lo organizativo e ideológico, estrechar más su vinculación con las masas y elevar continuamente su papel rector.
El gran Líder, camarada
Kim Il Sung , construyó a nuestro Partido como un partido revolucionario con un firme sistema de ideología única.
Este es el sistema de ideología y dirección del líder. Su establecimiento viene a ser la vía principal para convertirlo en el partido del líder. Solo cuando con este sistema se asegure con firmeza una única idea y dirección, es posible lograr la unidad ideológica y cohesión organizativa de sus filas y hacer que cumpla su papel como organización política rectora. El partido de la clase obrera tiene que ser homogeneizado plenamente con la ideología del líder, y constituir un cuerpo de pureza ideológica, un cuerpo organizativo integral que se mueva como un solo hombre bajo la dirección única de su líder.
La lucha de nuestro Partido para establecer el sistema de ideología única está encaminada a armar sólidamente a los militantes con la ideología de nuestro Líder y unirlos con firmeza en torno a él en lo ideológico y volitivo, y a la vez a vencer las ideas espurias y los elementos sectaristas opuestos a la ideología y la dirección del Líder y que impidan la unidad y cohesión. Bajo la dirección del camarada
Kim Il Sung , nuestro Partido, al fortalecer constantemente la educación ideológica
destinada a pertrechar a todos los militantes con su ideología revolucionaria, la idea Juche, y
desplegar con vigor la batalla ideológica contra el servilismo a las
grandes potencias, el dogmatismo, el revisionismo, el sectarismo y otras mezcolanzas ideológicas, así como contra los elementos de índole sectaria, eliminó completamente el fraccionalismo, el cual a lo largo de la historia causó
grandes daños a nuestra revolución, e impidió que se infiltrasen en nuestro seno el revisionismo contemporáneo y demás corrientes oportunistas. El hecho de que nuestro Partido superó el fraccionalismo y el servilismo a las
grandes potencias en el movimiento comunista de Corea e impidió estrictamente la infiltración del revisionismo contemporáneo y demás corrientes oportunistas, significó una victoria histórica en los esfuerzos para asegurar la unidad y cohesión de sus filas y su pureza y establecer un sistema de ideología única en su seno.
Con la lucha para establecer este sistema, la unidad y cohesión de nuestro Partido se ha profundizado como unidad y cohesión en idea y voluntad, en moral y deber, sobre la base de la ideología de su Líder y con este como centro. Actualmente, todos nuestros militantes, dotados firmemente con la ideología única de nuestro Partido, la doctrina revolucionaria del camarada
Kim Il Sung , no reconocen ninguna otra idea que no sea esta, y haciendo de la fidelidad al Partido y al Líder su fe y deber revolucionario, defienden de modo resuelto y cumplen estrictamente la política y la línea del Partido. Todos los militantes están unidos monolíticamente alrededor del Líder sobre la base de una sola ideología y convicción, del compañerismo y deber revolucionario; he aquí, precisamente, la solidez y la invulnerabilidad de la unidad y cohesión de nuestro Partido.
El gran Líder, camarada
Kim Il Sung , construyó nuestro Partido como un partido combativo con un fuerte carácter organizativo y disciplinado.
El carácter organizativo y disciplinado es un requisito connatural del movimiento socialista y comunista basado en el colectivismo y la garantía principal de la combatividad del partido en revolución, en lucha. El carácter único de la ideología y dirección se garantiza por el carácter organizativo y disciplinado, y al margen de este no puede lograrse la unidad y cohesión. Si el partido de la clase obrera no lo tiene, no puede dirigir la revolución y se convierte en una fuerza incapaz e inútil.
Al aplicar correctamente el principio del centralismo democrático en la construcción y activida
des del Partido, el camarada
Kim Il Sung implantó de modo firme en su seno un sistema de dirección única y una disciplina revolucionaria y consciente. Para nuestro Partido, el principio del centralismo democrático constituye su principio organizativo que promueve la democracia sobre la base del establecimiento consecuente de la disciplina centralizada. El sistema del centralismo significa la disciplina y el orden revolucionarios, según los cuales todo el partido se mueve al unísono bajo la dirección unitaria de su líder, al margen de lo cual no se puede asegurarle la unidad y la cohesión ni la unidad de acción. La democracia sirve para elaborar las políticas y lineamientos del partido mediante la compilación de las volunta
des de las masas de militantes, y fomentar en alto grado su entusiasmo consciente e iniciativas en su ejecución. Si se debilita la disciplina centralizada y se tolera la “democracia” sin principios, se crea
desorden en el partido y este se fragmenta. En el nuestro, al aplicarse con acierto el principio del centralismo democrático, la dirección del Líder llega llanamente
desde la instancia central hasta las de base y rige un ambiente revolucionario en el que todas las organizaciones y militantes aceptan como suyos propios esas políticas y lineamientos y los materializan de modo cabal con un alto fervor y espíritu de iniciativa.
Promover las funciones y papel de las organizaciones del partido e intensificar la vida partidista de los militantes es el factor clave para elevar el carácter organizativo y disciplinario del partido. Al constituir sólidamente sus organizaciones y elevar por todos los medios sus funciones y papel, nuestro Partido procuró que todas ellas actúen basándose de modo consecuente en sus principios organizativos y sistema de trabajo y siempre trabajen con entusiasmo, llenas de vida. Al mismo tiempo prestó mucha atención a la intensificación de la vida de sus militantes dentro de la organización. Los miembros del partido se vinculan con el líder mediante sus organizaciones, y por medio de la vida orgánico-ideológica que llevan en ellas acogen la ideología y dirección de este y sienten el aliento del partido. La vida partidista es una escuela de educación revolucionaria que arma a los militantes con la ideología del líder, forja su espíritu partidista y les cultiva el espíritu organizativo y disciplinario. Fuera de la vida partidista no se puede pensar en la unidad de ideología y acción de los militantes, que se cuentan por millones. Hoy, en nuestro Partido están implantados de modo consecuente un sistema ordenado y un ambiente revolucionario de vida partidista, en virtud de los cuales todos los militantes, incorporados en sus respectivas organizaciones, cumplen activida
des de modo regular, consciente y
desde una posición de dueño, según estipula la norma única de la vida partidista. Por ello los militantes la realizan con regularidad como una parte de su vida cotidiana, mientras se ha elevado extraordinariamente el carácter organizativo y disciplinario del Partido. Como resultado, nuestro partido es más organizado y disciplinado, así como respira y actúa al unísono sobre la base de un alto espíritu de voluntariedad y conciencia, y ha llegado a manifestar sin reserva su poderío como organización combativa.
El gran Líder, camarada
Kim Il Sung , lo construyó como un partido de las masas arraigado en amplios sectores populares.
El partido de la clase obrera puede ser invencible solo cuando forma un solo cuerpo con las masas y disfruta de su pleno y activo apoyo. De hecho, las exigencias de la clase obrera representan los intereses fundamentales de las masas populares trabajadoras y su misión histórica consiste en realizar no solo su propia emancipación social, sino también la de todas las demás masas del pueblo trabajador. Nuestra época es la de la independencia, en la que las masas populares se han presentado como artífices de la historia y su causa de independencia puede avanzar victoriosamente gracias a su amplia y activa participación, encabezada por la clase obrera.
Reflejando de modo correcto los intereses fundamentales de la clase obrera y de otras masas populares trabajadoras y las exigencias de la época de la independencia, y partiendo de la realidad concreta de nuestro país, el querido camarada
Kim Il Sung presentó el lineamiento de constitución del partido de masas del pueblo trabajador, teniendo como elementos integrantes a obreros, campesinos e trabajadores intelectuales, el cual realizó exitosamente. El estandarte de nuestro Partido, donde aparecen abrazados el martillo, la hoz y el pincel, es un símbolo espléndido que por primera vez en la historia porta un partido revolucionario de la época de la independencia, y sirve de bandera de unidad y victoria de las masas populares que forjan su
destino por sí solas.
En virtud del lineamiento de constitución del partido de masas, nuestro Partido admitió ampliamente en sus filas a elementos progresistas de entre los obreros, campesinos y los trabajadores intelectuales y combinó de modo armonioso su crecimiento cuantitativo con su consolidación cualitativa, gracias a lo cual pudo mantener con firmeza su carácter de clase obrera y revolucionario, a la vez que fue extendiéndose y consolidándose ininterrumpidamente. Al hacerse un partido de masas y aplicar de modo cabal el lineamiento de masas en sus activida
des, se consolidó y
desarrolló como el que defiende y representa las exigencias e intereses independientes del pueblo trabajador, como el revolucionario de la clase obrera que se arraiga en las
grandes masas populares y se identifica por completo con ellas.
La justeza y vitalidad del lineamiento para la constitución del partido de masas se hicieron cada vez más patentes a medida que se profundizaba y avanzaba la construcción socialista. Esta es el proceso de imprimir a todos los integrantes de la sociedad el modo de ser de la clase obrera, de inculcarles la conciencia de esta, y ese lineamiento corresponde por entero a la demanda legítima de la construcción socialista. Al materializarlo, nuestro Partido logró engrosar continuamente sus filas y reforzar su terreno entre las masas, sin alterar su carácter de clase obrera, e impulsar con energía el proceso de implantación de la conciencia de esta en toda la sociedad.
El gran Líder, camarada
Kim Il Sung , construyó nuestro Partido con visión de futuro en el sentido de que su causa fuera continuada de modo seguro, generación tras generación.
La causa por la independencia de las masas populares es la del líder y del partido, una obra histórica a lo largo de varias generaciones. El partido de la clase obrera puede preservar invariablemente su carácter revolucionario y rasgos de organización política rectora y cumplir hasta el fin su honrosa misión solo cuando hereda y lleva adelante de modo firme, generación tras generación, la ideología y dirección de su líder. Para heredarlas de modo correcto es imprescindible que en su construcción se asegure la continuidad. La historia nos enseña claramente que en caso contrario se interrumpe la continuidad del proceso revolucionario, surgen renegados y llevan al fracaso la causa del líder y la del partido.
El querido camarada
Kim Il Sung no solo fundó y consolidó como invencible a nuestro Partido, sino,
desde hace mucho tiempo, con una extraordinaria clarividencia preparó un sólido cimiento sobre el cual se pudiera heredar y llevar adelante de manera perfecta su causa. Previendo hasta el lejano porvenir, señaló claros caminos para nuestro Partido y nuestra revolución y preparó una sólida base orgánico-ideológica del Partido y su sistema de dirección para la continuación y culminación de la obra revolucionaria del Juche.
La ideología y dirección del querido camarada
Kim Il Sung han sido heredadas en su totalidad por nuestro Partido. Hoy, este, como partido revolucionario con una alta autoridad e invencible poderío, goza del apoyo y confianza absolutos por parte del pueblo y conduce con seguridad la revolución y la labor constructiva.
El partido de la clase obrera es el arma de la revolución y su fundación y consolidación orgánico-ideológica son necesarias para la causa por la independencia de las masas populares. En los 50 años posteriores a su fundación, nuestro Partido, al guiar a las masas populares, obtuvo
grandes victorias y acumuló valiosas y ricas experiencias en la revolución y el proceso constructivo.
Aun
después de haberse alcanzado la liberación de la patria a costa de la sangrienta Lucha Revolucionaria Antijaponesa, nuestra revolución tuvo que avanzar en medio de complejas situaciones sin precedentes y de arduas luchas. La división del territorio nacional por fuerzas foráneas, la Guerra de Liberación de la Patria contra la invasión armada de las fuerzas imperialistas aliadas, los incesantes actos de agresión, subversión y sabotaje imperialistas, los bruscos cambios en la situación internacional, el derrumbe del socialismo en diversos países y, como consecuencia, el recrudecimiento de las conjuras de los imperialistas y otros reaccionarios contra el socialismo y nuestra República: en medio de estas circunstancias llevamos a feliz término dos etapas de la revolución social y dos períodos de rehabilitación y construcción, y salvaguardando a pie firme la soberanía del país y los logros de la revolución construimos el socialismo centrado en las masas populares y demostramos su esplendidez. En medio de incontables dificulta
des y pruebas se impulsaron los procesos revolucionario y constructivo y se registraron cambios trascendentales en la vida del país y del pueblo.
El socialismo en nuestro país defiende y asegura con firmeza la independencia de las masas populares y realiza de un modo inmejorable sus reclamos de independencia. Todos los miembros de la sociedad ejercen iguales derechos de independencia en las esferas política, económica y cultural y disfrutan de una vida digna y de alto valor, libres de cualquier inquietud social y preocupación vital. Nuestra sociedad es la más estable y sólida, todo el pueblo está unido monolíticamente en torno al Partido y al Líder y forma una gran y armoniosa familia, mientras reinan en ella un ambiente sano y animado y un espíritu revolucionario. Hoy, entre nuestro pueblo se fomentan en alto grado hermosos actos comunistas como sacrificarse en bien de la sociedad y el colectivo y ayudarse y guiarse unos a otros con un sentimiento
camaraderil, lo que constituye una manifestación de la superioridad y poderío del régimen socialista de nuestro país y una demostración patente de los altos rasgos ideológico-espirituales de nuestro pueblo.
Bajo la dirección del Partido, nuestro pueblo, venciendo con valentía las dificulta
des y obstáculos con que ha tropezado, ha avanzado por el camino de la victoria y con plena fe y optimismo hacia el porvenir se esfuerza por alcanzar nuevos triunfos. Aun en medio de la actual situación compleja, nuestro socialismo marcha victoriosamente, sin el menor titubeo, y nuestra patria socialista se hace conocer por su alta dignidad y honor.
Los imperialistas y otros reaccionarios perpetraron toda clase de maniobras para impedir el avance de nuestro Partido y nuestro pueblo y sofocar nuestro socialismo, pero todos estos intentos han fracasado.
La experiencia práctica de nuestra revolución sirve como poderosa prueba de que pueblo, que lucha por una causa justa, unido compactamente como un solo hombre bajo la dirección de un gran líder y un gran partido es invencible, y que la etapa actual es una nueva época de la historia, la de la independencia, en la que las masas populares se presentan como dueñas de su
destino. Nuestro pueblo, al
desbrozar bajo la guía de nuestro Partido un nuevo camino hacia la culminación de la causa por la independencia de las masas populares, un auténtico camino del socialismo, construyó y
desarrolló el socialismo centrado en las masas populares, con lo cual propinó un golpe decisivo a todo tipo de propaganda reaccionaria que trata de
desacreditar al socialismo, y con su práctica comprobó de modo patente la cientificidad y veracidad del socialismo y su superioridad e invencibilidad.
Para nuestro Partido, responsabilizado con el
destino del país y la nación, la reunificación de la patria es tarea suprema
desde el mismo día de su fundación. Y al respecto este ha venido aplicando invariablemente la política basada en los tres principios fundamentales: la independencia, la reunificación pacífica y la gran unidad nacional. Reflejando el
deseo de reintegración de toda la nación, tanto del Norte y el Sur como de ultramar, presentó el más racional, justo y realista proyecto de reunificación mediante el sistema confederativo, lucha por su realización y hace todos sus esfuerzos por lograr la gran unidad de la nación bajo la bandera de la reunificación de la patria. Esta política de nuestro Partido es una genuina política de amor a la patria y a la nación y goza del apoyo y aprobación unánime de toda la nación. Gracias a la correcta política y al esfuerzo invariable de nuestro Partido por la reunificación de la patria, crece como nunca antes el anhelo de la nación para la reunificación y se fortalece la unidad de los connacionales del Norte, el Sur y del exterior. Las fuerzas de nuestra nación para la reunificación, que crecen y se consolidan continuamente, vencerán a las fuerzas divisionistas del interior y exterior y realizarán infaliblemente la obra de la reunificación de la patria.
Si nuestro Partido pudo acumular
grandes méritos al conducir la causa por la independencia de las masas populares hacia una brillante victoria, fue porque materializó a carta cabal el principio y el método de dirección del Juche en la revolución y su construcción.
En el curso de conducirlas, nuestro Partido defendió siempre las exigencias e intereses de las masas populares, se apoyó en ellas y luchó uniéndose con ellas en un solo haz.
El principio fundamental de la revolución, dilucidado por la idea Juche, es que las masas populares son dueñas de la revolución y su construcción y ellas tienen también la fuerza que las impulsa. La política que defiende y lleva a la realidad las exigencias e intereses para la independencia de las masas es más revolucionaria y científica, y la exigencia fundamental de la dirección revolucionaria es apoyarse en ellas y poner de pleno manifiesto su fuerza e inteligencia. Si confiamos y nos apoyamos en el pueblo, siempre saldremos victoriosos, pero si nos alejamos de él o somos repudiados por él, sufriremos mil derrotas: esta es la idea de considerar al pueblo como el cielo que el querido camarada
Kim Il Sung tuvo como su máxima y que sirve de principal punto de partida, de principio supremo, en todas las activida
des de nuestro Partido.
El querido camarada
Kim Il Sung fue el gran Líder y padre de nuestro pueblo. Su ideología, dirección y cualida
des estaban fundamentadas y penetradas por su afecto y confianza en el pueblo. Toda su vida estuvo entre el pueblo, compartió con él las penas y las alegrías, y le consagró todo lo suyo. Confió firmemente en su fuerza, sabiduría y excelentes cualida
des y resolvió todos los problemas apoyándose en él y poniendo en acción su entusiasmo revolucionario y fuerza creadora.
En todas las activida
des nuestro Partido aplica de modo cabal su noble idea de considerar al pueblo como el cielo, así como sus métodos de dirección revolucionarios. Siempre traza las políticas y lineamientos reflejando y recogiendo correctamente la voluntad y reclamos de las masas populares y los ejecuta movilizando su fuerza y sabiduría. Antepone firmemente a todos los asuntos la labor ideológica, la labor política encaminada a
despertar a las masas populares en lo ideológico y aglutinarlas en lo organizativo, y se esfuerza de modo constante por combatir el abuso de poder y el burocratismo entre los funcionarios y por establecer un método revolucionario y un estilo popular de trabajo. Compenetrarse siempre con el pueblo, respirar el mismo aire que este, trabajar abnegadamente para él y cumplir las tareas revolucionarias apoyándose en él en acato a la consigna: “¡Servir al pueblo!”, constituye una férrea e inviolable regla en las activida
des de nuestro Partido y el trabajo de nuestros funcionarios. Nuestro Partido madre atiende con responsabilidad el
destino de las masas populares, así como su política es la de confianza, de amor, y de virtud por estas.
Basada en relaciones de genuina
camaradería, de inquebrantables vínculos, en los que el Partido y el Líder confían y aman al pueblo y este les deposita su total confianza y los apoya con fidelidad, se ha consolidado y
desarrollado una plena identificación entre ellos y se ha
desplegado plenamente el fervor revolucionario y el poderío creativo de las masas populares. En el hecho de que ha luchado apoyándose en estas y fundiéndose con ellas en un solo cuerpo, está el secreto de que nuestro Partido, aun en circunstancias tan complicadas y severas pruebas, ha impulsado con vigor la revolución y su construcción y logrado continuas victorias, convirtiendo el mal en bien y la adversidad en un elemento a favor.
En la dirección del proceso revolucionario y constructivo nuestro Partido estableció de modo firme el Juche y mantuvo invariablemente la línea de la independencia.
La independencia es una exigencia consustancial del ser humano y la vida del país y la nación. La revolución y su construcción se realizan por países y naciones e implican una lucha por su independencia y la de las masas populares, contra todo tipo de dominación y subyugación. Las debe hacer de manera independiente y creadora cada partido y pueblo, quienes son sus protagonistas. Solo cuando el partido de la clase obrera establece firmemente el Juche y mantiene de manera invariable la línea de la independencia, puede defender la dignidad del país y la nación, asegurarle un
desarrollo independiente y llevar a la victoria la causa por la independencia de las masas populares. En vista de las circunstancias del país y las características históricas de nuestra revolución, el establecimiento del Juche se presentó como la tarea de mayor urgencia e importancia para nuestro Partido.
Desde los primeros días de las activida
des revolucionarias, el gran Líder, camarada
Kim Il Sung , con la bandera de la independencia en alto, allanó el camino del
desarrollo independiente de la revolución coreana, presentó como principio básico establecer el Juche y mantener la independencia en ella y en su construcción, y orientó materializarlo cabalmente. El lineamiento del Juche en la ideología, la soberanía en la política, el autosostén en la economía y la autodefensa en la salvaguardia nacional, trazado por el camarada
Kim Il Sung , es un concepto revolucionario e independiente, permeado por el principio del Juche y el espíritu de independencia, y nuestro Partido lo defendió resueltamente y materializó con rigor.
Nuestro Partido resolvió todos los problemas de la revolución y la labor de construcción a nuestra manera, según su idea y convicción, y bajo su responsabilidad, basándose en el principio de apoyarse en las propias fuerzas y de acuerdo con la situación real de nuestro país y los intereses de nuestra revolución. Se opuso de modo terminante al servilismo a las
grandes potencias, al dogmatismo y a todo tipo de ideas que defendían la dependencia de fuerzas foráneas, rechazó categóricamente todas las presiones e intervenciones ajenas y, sin verse restringido por las teorías y fórmulas existentes, lo analizó y juzgó todo solo
desde el punto de vista de los intereses de la revolución y allanó con sus propias fuerzas y según su convicción y decisión el camino para la compleja y ardua revolución coreana. Al llevar a cabo enérgicamente la formación de sus militantes y demás trabajadores en la política del Partido, las tradiciones revolucionarias y el patriotismo socialista, prestando la atención principal a su educación en la idea Juche, logró que todos ellos se pertrecharan sólidamente con la ideología revolucionaria del Partido, y sus políticas y lineamientos, y tuvieran un elevado orgullo y dignidad nacional, así como que se fomentaran en alto grado entre ellos el espíritu revolucionario de apoyarse en las propias fuerzas y el ambiente revolucionario de vivir a nuestra manera.
Nuestro Partido y nuestro pueblo mantuvieron firmemente la posición del Juche y el lineamiento independiente, como resultado de lo cual no vacilaron en absoluto ni ante el furioso ventarrón del revisionismo contemporáneo y otras corrientes oportunistas, y pudieron defender y relevar nuestro socialismo aun en medio de la severa situación cuando se
desmoronó el socialismo en distintos países. La monolítica fuerza político-ideológica, poderosa economía socialista autosostenida e invencible capacidad militar autodefensiva que nuestro Partido y nuestro pueblo prepararon al materializar los lineamientos revolucionarios de independencia, autosostén y de autodefensa, constituyen una segura garantía para proteger la soberanía del país, las conquistas de la revolución, así como para impulsar victoriosamente el proceso revolucionario y el constructivo, y para no tolerar ningún tipo de agresión o intervención del imperialismo y el dominacionismo. La realidad demostró que ni las presiones político-diplomáticas, ni las tentativas de
desintegración ideo-cultural, ni bloqueo económico, ni las amenazas militares del imperialismo pueden atentar contra la soberanía de nuestro país, ni derrumbar ni estrangular nuestro socialismo.
La independencia de cada país y nación constituye el fundamento para relaciones internacionales imparciales, y la política exterior independiente es la más justa política de principios. Todos los países y naciones, sean
grandes o pequeños,
desarrollados o sub
desarrollados, tienen derechos iguales e independientes como iguales miembros de la comunidad internacional. Solo cuando defiendan su independencia y respeten la de otros es posible
desarrollar relaciones internacionales imparciales y construir un nuevo mundo genuinamente independiente, de paz y amistad. Al practicar una política exterior basada en los ideales de la independencia, la paz y la amistad, nuestro Partido y Gobierno han promovido los vínculos amistosos y de cooperación con otros países, consolidado nuestra posición internacional, reforzado la solidaridad mundial con nuestra revolución y contribuido activamente a la causa de lograr la independencia en el orbe.
Nuestro Partido ha demostrado fehacientemente mediante la práctica la justeza y la gran vitalidad de su posición jucheana y del lineamiento de independencia que mantiene invariablemente en la revolución y su construcción.
Al conducir el proceso revolucionario y constructivo ha mantenido con firmeza los principios revolucionarios y llevado a vías de hecho, en forma consecuente, los lineamientos y la política del mismo carácter.
Atenerse invariablemente a esos principios en el
desarrollo de la causa por la independencia de las masas populares, la del socialismo, es una cuestión importante relacionada con el
destino de la revolución. Defenderlos es la senda que la conduce sin
desviación hacia el triunfo salvaguardando sus intereses, y retroceder en ellos, la que la echa a pique abandonando sus intereses fundamentales. La historia del movimiento revolucionario ha enseñado que si se da un paso atrás en esos principios, le siguen otros dos, y a estos otros diez, hasta hacerla fracasar totalmente. Una característica de las tendencias oportunistas de todo tipo es la carencia de principios revolucionarios y la inconstancia en su línea y política. En la realización de la causa del socialismo la adhesión a estos principios se garantiza por la fidelidad del partido de la clase obrera a esta causa, por su convicción en ella y por su voluntad de cumplirla hasta sus últimas consecuencias.
El querido camarada
Kim Il Sung fue un gran revolucionario, comunista, y genio de la revolución y su construcción que guió correctamente por el camino de la victoria, a nuestra revolución, llena de vicisitu
des y pruebas, con una ilimitada fidelidad a la causa por la independencia de las masas populares, la del socialismo fundamentada en la idea Juche, y con inconmovible convicción y férrea voluntad revolucionarias. Asimismo condujo a nuestro Partido y pueblo con su brillante ejemplo en el arte de mando, en mantener los principios revolucionarios en cualesquier circunstancias o condiciones y en combinarlos adecuadamente con la
destreza a favor de la revolución y construcción.
Partiendo siempre de los intereses fundamentales de la revolución, nuestro Partido ha sostenido los principios de la independencia, de la clase obrera y del socialismo en la revolución y su construcción y materializado los lineamientos revolucionarios hasta sus últimas consecuencias. Haciendo frente con iniciativa y habilidad a los bruscos cambios de la situación al tiempo que impulsaba la revolución y su construcción con incesantes creaciones e innovaciones de conformidad con los requerimientos de la realidad en
desarrollo, ha mantenido con firmeza sus principios y líneas sin retroceder ni un paso en defensa de los intereses y preceptos fundamentales de la revolución. El elevado espíritu creativo y habilidad y la constancia en su lineamiento y política, basados en los principios revolucionarios, son los importantes preceptos y el arte de mando que nuestro Partido mantiene en el proceso revolucionario y constructivo, y las características de sus líneas y políticas.
Al orientar la revolución y su construcción, nuestro Partido nunca se ha
desviado de los principios revolucionarios, ni inclinado a la derecha o a la izquierda, ni incurrido siquiera en un error en cuanto al lineamiento. Gracias a su espíritu revolucionario de principios y su constancia en la política y líneas, nuestra revolución ha podido avanzar victoriosamente, sin apartarse del camino del socialismo aun en condiciones tan difíciles, mientras el socialismo a nuestro estilo, centrado en las masas populares, se ha convertido en firme fe de nuestro pueblo y han echado profundas raíces en su vida. El pueblo deposita su total confianza en nuestro Partido, que ha conducido con seguridad la revolución y su construcción, y confiándole enteramente su
destino, lucha con tesón por la culminación de la causa revolucionaria del Juche bajo la dirección del Partido.
Los
grandes méritos y las valiosas experiencias que nuestro Partido ha acumulado en su estructuración y activida
des y en la revolución y su construcción son excelentes frutos de la ideología y la dirección revolucionarias de nuestro querido Líder, el camarada
Kim Il Sung , y tesoros perennes de nuestra revolución que debemos defender y llevar adelante, de generación en generación.
Nuestra revolución ha logrado victorias bajo la dirección de nuestro Partido, y en el futuro también avanzará triunfalmente, y la continuaremos y completaremos brillantemente.
Todavía nos queda un largo trecho y ante nosotros siguen en pie muchos contratiempos y pruebas. Por muy largo y escabroso que sea el camino de nuestra revolución iniciada y dirigida por el gran Líder, camarada
Kim Il Sung , marcharemos con pasos firmes solo por este camino en acato a su legado. Esta es la indeclinable fe y voluntad de nuestro Partido.
Debemos defender y enaltecer más nuestro socialismo, centrado en las masas populares, que nos dejó establecido el querido camarada
Kim Il Sung , y culminar la causa socialista del Juche. Asimismo, realizar sin falta la gran obra de la reunificación de la patria, exigencia vital de toda la nación, sobre la base de los principios de la independencia, la reunificación pacífica y la gran unidad nacional, presentados por el camarada
Kim Il Sung . En cumplimiento de su sublime propósito, nuestro Partido ha de realizar esfuerzos dinámicos para fortalecer la solidaridad con los pueblos progresistas del mundo y en aras de la causa de la humanidad por la independencia.
A fin de llevar adelante, generación tras generación, y completar la gran empresa revolucionaria del Juche, sublime causa del camarada
Kim Il Sung , es preciso reforzar más nuestro Partido, el organizador y orientador de todas las victorias de nuestro pueblo.
Tenemos que enaltecer al querido camarada
Kim Il Sung como eterno Líder de nuestro Partido y revolución, y fortalecer y
desarrollar a este último para siempre como el glorioso Partido del camarada
Kim Il Sung .
Debemos defender y mantener su gran ideología y teoría y método de dirección revolucionario y aplicarlos consecuentemente en la construcción y las activida
des del Partido. Llevar a cabo todas las tareas de la revolución y su construcción según el camarada
Kim Il Sung planeó, se propuso y ejemplificó en su cumplimiento, y hacerlo todo a su estilo, constituye la vía para consolidar y
desarrollar a nuestro Partido como el Partido del camarada
Kim Il Sung y llevar adelante y culminar brillantemente la causa revolucionaria del Juche.
Es menester apoyar y defender con firmeza la ideología revolucionaria del gran Líder, camarada
Kim Il Sung , y materializarla consecuentemente.
Su doctrina revolucionaria, la ideología Juche, es la única directriz de nuestro Partido y la bandera de triunfo de nuestro Partido y revolución. Sin ella es inconcebible el Partido del camarada
Kim Il Sung y el triunfo de su causa.
Debemos intensificar más la educación en la ideología Juche enarbolando la bandera de la transformación de todo el Partido a tenor de esta doctrina, para asegurar que en su seno quepa solo esta y todos respiren y su corazón lata con ella. Debemos formar a todos los militantes como revolucionarios, comunistas, dotados con la ideología Juche, que tengan la firme concepción revolucionaria del mundo que emana de ella, y guiarlos a pensar y actuar siempre de acuerdo con sus requerimientos.
Hemos de preservar la pureza de la ideología Juche y profundizarla y
desarrollarla incesantemente. La degeneración ideológica trae la alteración del partido y lleva la revolución y su construcción a la ruina. Conservar la pureza de la ideología Juche implica mantener el carácter revolucionario y la causa de nuestro Partido. Hay que luchar sin cesar contra la penetración de las ideas reaccionarias burguesas y toda corriente de ideología oportunista, incluido el revisionismo, y no dejar ningún espacio para la infiltración y el crecimiento en nuestro interior de tendencias ideológicas extrañas. A la par de la preservación de la esencia revolucionaria y la pureza de la ideología Juche, debemos profundizar,
desarrollar y enriquecer esta doctrina conforme a las exigencias de la época y la realidad cambiante, haciendo resaltar más su
grandeza.
Tenemos que realizar todas las tareas de la revolución y su construcción según el requerimiento de la ideología Juche, manteniendo en alto la consigna del Partido “¡Materialicemos las exigencias del Juche en la ideología, la técnica y la cultura!”. Debemos aplicar consecuentemente esta ideología en la construcción del Partido y el Ejército y la edificación económica y cultural, con miras a acrecentar más la fuerza política, económica y militar del país, lograr el florecimiento y el
desarrollo de la cultura nacional socialista y mostrar plenamente y en alto grado las ventajas de nuestro socialismo, centrado en las masas populares.
Debemos proteger la unidad y cohesión de nuestro Partido, alcanzadas por el gran Líder, camarada
Kim Il Sung , como la niña de los ojos y consolidarlas más.
Para el partido, la unidad y cohesión de su membresía es como la vida y representa precisamente su poderío. Las de nuestro Partido, basadas en el sistema de ideología única, son las más puras y sólidas y constituyen la garantía de su invencible potencia.
Debemos mantener invariablemente la tarea de establecer el sistema de ideología única del Partido como línea principal de su construcción, y defender y fortalecer su unidad y cohesión en la ideología y la voluntad, en la moral y el sentido del deber, basadas en una sola doctrina y centro. Debemos lograr que todos los cuadros y demás militantes conviertan su fidelidad al Partido en su fe, conciencia, moral y hábito y, unidos firmemente con una sola alma y voluntad, sostengan en alto la dirección del Partido.
Debemos oponernos a todos los malsanos elementos que carcomen la unidad y cohesión del Partido, y asegurar de modo consecuente la pureza de sus filas. Aunque las tenemos a un alto nivel, de ningún modo debemos dormirnos sobre los laureles. Podemos mantenerlas y consolidarlas solo mediante una sostenida labor de educación y lucha ideológicas. Debemos combatir oportunamente, sin tolerancia alguna, toda manifestación de amiguismo, regionalismo y sectarismo que perjudica e impide la unidad y cohesión del Partido, aunque sean muy insignificantes, procurando que en su seno reine siempre un espíritu y un ambiente de unidad.
Materializando de modo consecuente la idea del gran Líder, camarada
Kim Il Sung , de considerar al pueblo como el cielo, debemos estrechar más las íntimas relaciones entre el Partido y el pueblo y consolidar y
desarrollar incesantemente la unidad volitiva de toda la sociedad.
Nuestro Partido existe para el pueblo y tiene como su misión específica luchar por satisfacerle la exigencia de independencia y defender sus intereses. Amar al pueblo, prestarle servicio y fundirse con él en un todo es la naturaleza consustancial, la característica fundamental del Partido del camarada
Kim Il Sung .
Nuestro pueblo es un gran pueblo revolucionario que, formado por el querido camarada
Kim Il Sung , y bajo su dirección, superó la tempestad de la revolución; un magnífico pueblo que ha cultivado nobles rasgos ideológicos y espirituales bajo la política de virtud de nuestro Partido y el régimen socialista de nuestro país. Nuestro Partido confía plenamente en el pueblo, infinitamente fiel a él y a la revolución, y vence todas las dificulta
des y pruebas apoyándose en su heroísmo sin par y en su inagotable capacidad creadora. Para nuestro Partido, la absoluta confianza y el unánime apoyo del pueblo constituyen la fuente de sus invencibles fuerzas, y servirle a tan excelente pueblo, su gran honor y orgullo.
Debemos cumplir estrictamente la inalterable ideología y orientaciones de nuestro Partido, que ama al pueblo, defiende los intereses y exigencias de las masas populares y lucha por asegurarles una vida independiente y creadora. Debemos perfeccionarlo como verdadera madre que se responsabiliza por el
destino del pueblo, lo guía y atiende, y fomentar entre los cuadros el espíritu de servicio a él para que apliquen de modo más sustancial la política de virtud del Partido. Y conducirlos a que sean todos fieles servidores del pueblo y defensores de sus intereses, que trabajen con abnegación para él.
Debemos aplicar cabalmente el espíritu y el método Chongsanri5, creados por el camarada
Kim Il Sung , y seguir manteniendo en alto la exhortación del Partido: “¡Todo el Partido, a compenetrarse con las masas!”. Todos los funcionarios deben atenerse con más firmeza al estilo de trabajo revolucionario y popular de compenetrarse siempre más a fondo con las masas populares, compartir con ellas la vida y el riesgo de la muerte, las alegrías y las penas, enseñarles y aprender de ellas y poner en acción su entusiasmo revolucionario y actividad creadora en el cumplimiento de las tareas revolucionarias. Y oponerse y rechazar categóricamente el abuso de poder, burocratismo y corrupción,
desarrollar cualida
des mo
destas y sencillas y establecer un ambiente de vida sencilla y honesta.
El Partido y el pueblo deben confiarse mutuamente y, fundidos en un haz, luchar con vigor y afianzar más la unidad volitiva de toda la sociedad. Tal como con la fuerza de su unidad volitiva hemos venido venciendo las difíciles coyunturas, de la misma manera en el futuro iremos abriendo la senda de la victoria y gloria.
Hoy nuestro Partido y pueblo han entrado en un nuevo camino de
desarrollo histórico. Nuestro Partido mantendrá y llevará adelante con fidelidad la ideología y los méritos del gran Líder, camarada
Kim Il Sung , e irá cumpliendo su gran obra hasta el fin, generación tras generación.
El Partido del Trabajo de Corea brillará eternamente como Partido del camarada
Kim Il Sung .