Charla con funcionarios directivos del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea

    14 de noviembre de 1992


    En la actualidad los imperialistas y demás reaccionarios recurren a todos los medios para aplastar a nuestro país que continúa marchando con la bandera del socialismo bajo la dirección del Partido y el Líder. Cuanto más frenéticas se tornan las acciones de los enemigos, tanto más alto debemos enarbolar la bandera del socialismo, y con la ofensiva revolucionaria frustrar la contrarrevolucionaria.

    Los imperialistas y demás reaccionarios hacen desesperados esfuerzos por borrar de la Tierra el socialismo, pero el socialismo aún vive en lo profundo del corazón de los pueblos revolucionarios del mundo y continúa su marcha. El socialismo es el ideal de la humanidad, y su triunfo es una ley del desarrollo de la historia. Por mucho que los imperialistas y demás reaccionarios maniobren para eliminar el socialismo no podrán darle marcha atrás a la historia. Los pueblos revolucionarios de la Tierra luchan valerosamente por defender y llevar hacia adelante la causa del socialismo, siguiendo la bandera de la Declaración de Pyongyang. La lucha en aras del socialismo se libra enérgicamente no sólo en los países donde el socialismo se derrumbó sino también en otros capitalistas. No hay duda de que por la lucha de los partidos y pueblos revolucionarios del mundo, serán detenidas y frustradas las maquinaciones de los imperialistas y demás reaccionarios, y el socialismo logrará constantes avances hasta alcanzar el triunfo definitivo.

    Con firme fe en la victoria del socialismo, debemos ver con optimismo la situación actual y defender con firmeza la causa del socialismo.

    El socialismo es la vida para nuestro pueblo. La vida o la muerte de nuestro pueblo, es decir, disfrutar de una vida independiente y creadora como dueño del Estado y de la sociedad, o dejarse someter a maltratos y humillaciones convirtiéndose en esclavo de otros, depende de si defendemos o no el socialismo. Como dice una canción, si defendemos el socialismo triunfaremos y si lo abandonamos moriremos. Por muchas dificultades y pruebas que surjan ante nosotros nunca debemos abandonar el socialismo por el que optamos y estamos construyendo.

    Para defender y hacer avanzar la causa socialista, hace falta materializar cabalmente la idea Juche en todas las esferas de la revolución y su construcción.

    La idea Juche es la base ideológica del socialismo y la única ideología rectora de la revolución y su construcción. Nuestro socialismo centrado en las masas populares, es el del Juche porque tiene como base esta idea y la materializa. No se le puede en realidad llamar socialismo al que carece de base ideológica propia y de una correcta idea rectora, y ese socialismo, incapaz de rechazar las maniobras antisocialistas de los imperialistas y demás reaccionarios, puede fracasar. Esto lo demuestra evidentemente la lección de los países donde el socialismo fracasó y ahora se restaura el capitalismo. Si nuestro socialismo sigue marchando triunfal a pesar de las obstinadas conjuras de los imperialistas y demás reaccionarios, esto se debe a que tiene la idea Juche como base y es guiado por ella. Si el socialismo es la vida para nuestro pueblo, la idea Juche es la vida para nuestro socialismo.

    La idea Juche la debemos defender con firmeza de la penetración de toda clase de corrientes ideológicas reaccionarias burguesas y desarrollarla y enriquecerla sin cesar, así como, materializarla de manera consecuente en todos los campos de la revolución y su construcción.

    El proceso de construcción socialista es el proceso de la materialización de la idea Juche, y la sociedad socialista y comunista es precisamente la sociedad transformada según sus postulados.

    El gran Líder concibió temprano esa idea y la ha aplicado estrictamente en todas las esferas de la revolución y su construcción. Dirige a nuestra manera la revolución y su construcción, y también vive a nuestra manera. Un episodio relacionado con el color de su ropa evidencia la firmeza de su posición jucheana. En cierta ocasión unos funcionarios le mostraron una tela diciendo que su color estaba de moda y sería bueno usar ropas de ese color. El Líder manifestó: La moda debe seguirme a mí, y no yo a la moda.

    Convertiremos la idea Juche en fe y la materializaremos de manera consecuente en todas las esferas de la revolución y su construcción, para darle mayor esplendor a nuestro socialismo centrado en las masas populares, el socialismo del Juche.

    Para defenderlo y hacer que resplandezca es preciso estrechar más la unidad monolítica entre el Líder, el Partido y las masas.

    Estos tres elementos tienen un mismo destino, comparten la vida o el riesgo de la muerte. Su firme unidad en la ideología, la voluntad, el deber y la moral es la garantía para la segura victoria de la causa del socialismo. Debemos agrupar más compactamente a todo el pueblo alrededor del Partido y el Líder acrecentando así, sin cesar, el poderío de la unidad monolítica entre el Líder, el Partido y las masas.

    Para mantener y defender el socialismo, es de suma importancia neutralizar todo tipo de difamaciones que hacen los imperialistas y restauradores burgueses y hacerles conocer profundamente a los militantes y demás trabajadores su justeza y ventajas.

    Ellos difaman del socialismo, tachándolo de “totalitarismo”, “campamento militar” y “sistema de administración por ucase”. Estos términos no son más que sofismas reaccionarios sin fundamento teórico alguno. ¿Cómo actúan los restauradores burgueses que calumnian así al socialismo? Han disuelto el partido comunista por un “decreto del presidente” y lo imponen todo.

    Como los imperialistas y dichos elementos calumnian con virulencia al socialismo, si no se pone al desnudo la naturaleza reaccionaria de sus “teorías”, es posible que algunas personas no preparadas duden del socialismo. Debemos poner al descubierto la esencia reaccionaria de esas “teorías” y pertrechar firmemente a los militantes y demás trabajadores con la idea socialista.

    Voy a escribir un artículo para impugnar la calumnia que los imperialistas y los restauradores burgueses hacen al socialismo, tildándolo de “totalitarismo”, “campamento militar” y “sistema de administración por ucase”. Al sector de la propaganda teórica, también le corresponde escribir muchos trabajos que critiquen las teorías reaccionarias de quienes denigran el socialismo y que expliquen la verdad y la superioridad de la idea y la teoría socialistas. Nuestro Partido dilucidó todos los problemas teóricos y prácticos relacionados con la revolución y la construcción socialistas, entre ellos el de las tres revoluciones: la ideológica, la técnica y la cultural; el de la unidad monolítica entre el Líder, el Partido y las masas; el de la combinación adecuada del centralismo y la democracia; y el del fortalecimiento de la dictadura democrática popular. Si basándose en las ideas y teorías de la revolución y la construcción socialistas formuladas por nuestro Partido, se denuncia el carácter reaccionario de las calumnias de los imperialistas y los restauradores burgueses al socialismo, es posible frustrar las maniobras de los imperialistas y demás reaccionarios y estimular grandemente a los pueblos que luchan por defender el socialismo.

    Es menester escribir buenos artículos en cuanto a las limitaciones de las teorías de los clásicos precedentes, de modo que los militantes y demás trabajadores conozcan claramente la originalidad y la superioridad de la idea y teoría socialistas de nuestro Partido.

    El marxismo-leninismo es la idea formulada como reflejo de las exigencias de la práctica revolucionaria de la clase obrera en la época anterior al capitalismo monopolista y la etapa del imperialismo. Desde entonces, la historia ha progresado mucho y la época ha cambiado. Vivimos una nueva época, la de independencia en la que las masas populares, convertidas en dueñas de su historia, la escriben y forjan su propio destino de manera independiente y creadora. Los creadores del marxismo no experimentaron la construcción del socialismo, ni Lenin tampoco. Debido a las limitaciones de las condiciones de la época y las experiencias prácticas, las teorías del socialismo planteadas por ellos no pudieron superar, en muchos casos, el límite de la imaginación y la suposición.

    No hay que tratar con nihilismo el marxismo-leninismo, ni desacreditar a sus creadores por tener limitaciones. Debemos reconocer los méritos acumulados por Marx, Engels y Lenin a favor de la humanidad y tratarlos con respeto. Con el nacimiento del marxismo-leninismo, la doctrina socialista pasó de utopía a ciencia, la clase obrera llegó a contar con su idea rectora por primera vez en la historia y tuvo la posibilidad de luchar enérgicamente contra el capital y por la liberación clasista y nacional y por el socialismo. Tratar con respeto a los creadores del marxismo-leninismo, es un deber consustancial, porque esto significa que los sucesores de la revolución estiman a sus antecesores.

    Al hablar de las limitaciones del marxismo-leninismo hay que señalar los méritos de sus creadores. De este modo es posible hacer que se comprenda correctamente y golpear a los imperialistas y restauradores burgueses que lo denigran.

    Si uno quiere escribir un buen artículo sobre esas limitaciones, debe saber correctamente la originalidad y la superioridad de la idea Juche, ideología revolucionaria de nuestro Partido. La idea Juche es una original ideología y una acabada teoría revolucionaria comunista que el gran Líder creó reflejando las demandas de la época de la independencia, nueva época de la historia. Si se aclaran con certeza la originalidad y la superioridad de esta idea, se evidenciarán, por sí solas, las limitaciones de la teoría marxista-leninista. Los trabajadores de la esfera de la propaganda teórica deben estudiar con aplicación la idea Juche para conocer bien su originalidad y superioridad. Además, han de conocer bien la teoría marxista-leninista mediante el estudio de obras clásicas como El capital.

    Hace falta crear gran cantidad de canciones de alto valor ideológico y artístico, las cuales proporcionen a las personas la convicción en la causa del socialismo y una férrea voluntad y ánimo. Una de las canciones de esta índole es No te vayas, noche de Pyongyang. Esta canción les infundirá ánimo a los combatientes del Ejército Popular y al resto del pueblo durante una posible guerra. Al oírla siento que me alienta. El hombre debe saber apreciar las obras artísticas. No hay vida separada de la música. En el período de la guerra la radio también alienta a los militares y al pueblo que combaten. Durante la Segunda Guerra Mundial, el locutor soviético Levitan, encargado de dar las noticias de la Comandancia Suprema, estimuló con energía a los combatientes y al pueblo de la Unión Soviética al triunfo en la contienda, por lo cual se hizo famoso. Hitler, lleno de ira, ordenó que si tomaban Moscú, lo primero que harían sería fusilarlo. En la actualidad, nuestros locutores realizan bien las emisiones. Si se desencadena aquí una guerra, desempeñarán bien su papel.

    Recientemente, en la esfera de la música se han creado muchas canciones de valor ideológico y artístico. Una de ellas es No te vayas, noche de Pyongyang. Lo es también Si nuestro Partido-Madre lo desea, cuya letra es buena.

    En adelante crearán muchas canciones de gran valor ideológico y artístico, dignas de ser patrimonio nacional. Tales canciones no son cosas del otro mundo. Pueden serlo las que gustan al líder y el pueblo. En los conjuntos artísticos, con excepción del Conjunto de Música Electrónica Pochonbo, no se crean muchas canciones de esta índole. En otros colectivos artísticos deben crear gran cantidad de canciones de importancia nacional con el tema de la vida, como lo hace el referido conjunto artístico. Si uno quiere crear esas canciones, debe componer, como por costumbre, piezas amenas con el tema de la vida. Sólo con el deseo de producir canciones de valor nacional no es posible lograr el objetivo. Si una canción que refleja la vida le gusta al pueblo, se calificará como patrimonio nacional. Para crear canciones de este tipo, los creadores deben penetrar en la realidad donde el pueblo vive y trabaja, y conocer correctamente sus aspiraciones y demandas.

    Es preciso interpretar bien las canciones. De lo contrario, las canciones, por muy buenas que sean, no producirán el efecto esperado.