Un profesor de una universidad europea estudió con afán las obras del gran Dirigente
En ese proceso pudo tener mayor comprensión sobre esa doctrina y fue fascinado por el Dirigente coreano que iluminaba el camino a seguir por la humanidad.
Tomó la decisión de otorgarle la medalla conmemorativa del aniversario 300 de la fundación de su universidad diseñada por él mismo en reflejo del sentir unánime del personal que respetaba mucho al Dirigente coreano y deseaba transmitir sus proezas imperecederas.
La diseñó con esmero durante días y encargó a un técnico competente la elaboración de ella.
Así que se confirió dicha medalla, antes que nadie, al Líder coreano que enriqueció el acervo mundial de ideologías con extraordinarias actividades ideo-teóricas en memoria de sus hazañas inmortales.
Con esa entrega como punto de partida se estableció en la universidad el sistema de condecorar esa medalla a las personalidades que hicieron grandes aportes al desarrollo de las ciencias sociales del mundo.