Era el día 2 de marzo de 1946.
Este día, un periodista de “Jongro” quien ha recibido la carta de muchos lectores que querían saber de la lucha armada antijaponesa, organizada y dirigida por el Gran Líder Camarada Kim Il Sung y particularmente de la lucha de la heroína antijaponesa camarada Kim Jong Suk, vino a encontrarse con ella.
Al encontrarse con ella, el corresponsal pidió encarecidamente que quería escuchar los cuentos durante el periodo de la lucha antijaponesa bajo la dirección del Presidente Kim Il Sung diciendo que era el deseo unánime de los lectores.
Dirigiéndole una mirada amable, ella dijo que le pidió a escuchar los cuentos de mérito combativo de ella misma, sin embargo, la lucha de un soldado solo se brilla dentro de la historia revolucionaria del General Kim Il Sung.
Ella le contó que había muchas mártires mujeres que dedicaron toda su vida de un soldado del General durante el periodo de la lucha armada antijaponesa y todas ellas lucharon con una firme fe de que morir o vivir, todo es la gloria en el camino de realizar las orientaciones estratégicas del General.
Aunque empezó relatar, no había mencionado ni una palabra de su mérito combativo pero relató de una mártir que era bien conocida como valiente y de una que luchó indoblegablemente hasta el último momento de su vida gritando que se ve la victoria de la revolución aunque perdió dos ojos.
Así que el corresponsal de “Jongro” no logró a escuchar del cuento combativo de camarada Kim Jong Suk.