La mayoría de los intelectuales que vivieron la primera mitad del siglo pasado bajo la dominación colonial del imperialismo japonés lucharon resueltamente oponiéndose a la cruel política de exterminio nacional por aplastar el espíritu de los coreanos y entre ellos figuraba Han Ryong Un, poeta budista.

Fue conductista que abogaba por la acción de a muerte de los miembros de la nación insistiendo en que con la súplica no era posible lograr la independencia de Corea.

Fue uno de los 33 representantes en los días del Levantamiento Popular del 1 de Marzo, sublevación antijaponesa desatada en 1919. Una vez arrestado, rehusó tanto la abogacía como la entrada de comidas y la libertad condicional y al descubrir indicio de vacilación de unos colegas, los condenó severamente. Posteriormente, los japoneses trataron de sobornarlo con la promesa de concederle tierras cultivables, pero lo rechazó tajantemente.