La liberación nacional trajo un cambio radical al destino de todos los coreanos, especialmente a las mujeres.

Sólo después de que el gran Líder Kim Il Sung liberó la patria, ellas que eran objetos de opresión y trabas feudales por largo tiempo se hicieron dueñas de la nueva Corea con sueños hermosos e ideales nobles que empujan una de dos ruedas de la revolución.

El gran Líder Kim Il Sung hizo fundar, antes que nada, la organización femenina e iluminó el camino a seguir por las mujeres. Bajo su dirección acertada se proclamó la ley de igualdad de derechos del hombre y la mujer, que trajo una liberación auténtica a la última.

El periódico Rodong Sinmun en su número del 27 de julio de 1947 transmitió: “…Se han elegido ya 4 488 mujeres como miembros de los comités populares de todos los niveles y fueron electas las 24 diputadas a la Asamblea Popular, órgano supremo del poder popular de Corea. …Trabajan en entidades judiciales las 13 jueces, 4 fiscales y más de cien miembros del jurado.”

El artículo es una muestra del cambio trascendental en la vida de las mujeres coreanas que estaban sometidas al maltrato y opresión antes de la liberación nacional.