En octubre de cierto año, parió una mujer que vive en el entonces municipio Sudong en la provincia de Hamgyong de Sur. En las casas de cuna es un caso ordinario, pero era singular en el de los médicos porque la parturienta era inválida y su marido, ex militar minusválido.
Hacía dos años cuando los médicos la conocieron. Por una enfermedad repentina llegó ella al hospital. Por ser la esposa de un discapacitado, los médicos se esforzaron con mayor afán y se recuperó rápidamente su salud. Pero en un rincón del corazón de la paciente crecía más el deseo de ser madre igual como otras mujeres.
Gracias al incansable esfuerzo de los médicos, la paciente pudo embarazarse y logró por fin el deseo de ser madre.
Los médicos no podían contener la alegría por el aumento de un número más en la gran familia socialista.