En Corea socialista las personas reciben tratamientos médicos bajo el sistema de la salud publica y la constancia de los médicos y particularmente los exmilitares heridos llevan una vida feliz recibiendo el tratamiento medico gracias a la atención y benevolencia especial.
Les introduce aquí uno de los hechos entre muchos.
Compañero Kim Chun Sik que vive en la unidad de vecinos No.12 de la Comuna Chukjon del Distrito Sudong es el exmilitar herido que había recibido la receta de paraplejia hace varios años. Sin embargo ahora puede caminar sin bastón o ayuda de alguien.
Gracias al amor del Partido que aprecia a los exmilitares heridos como el tesoro del país, podía recibir el tratamiento medico en el centro de rehabilitación y en el hospital central cada año. En aquellos días caminaba apenas apoyándose en el bastón.
Un día, la organización del partido llegó a saber que curaron a muchos enfermos de espinitis de manera tradicional en el hospital Coryo de la Ciudad de Pyongyang y lo envió a ese hospital.
No tuvieron ciertos cambios durante primer mes. Cuando el enfermo perdió la convicción, los médicos le estimuló y le animó diciendo que lo mas importante en el tratamiento medico es no perder la convicción, y solo cuando sea curada la enfermedad podía responder al amor del Partido que aprecia tanto a los exmilitares.
En el hospital convocaron varias reuniones de consulta para curarlo y manifestaron la fuerza colectiva aun en medio de los días ocupados. Los médicos pasaron días de duros esfuerzos para buscar las maneras nuevas del tratamiento repasando las experiencias pasadas.
Por fin llegó a caminar por sí solo gracias a que los del hospital lo atendieron con toda constancia, que antes caminaba a penas apoyándose en el bastón.
En los días cuando recibía el tratamiento medico bajo la constancia ardiente de los médicos del Hospital Coryo de la Ciudad de Pyongyang, juró solemnemente hacer la revolución sacrificando su vida en el seno del Partido que estableció este régimen de la salud pública.