Póngase letras de registro Son letras prohibidas

    Los cuadros coreanos que trabajan en medio de la confianza y el amor del Partido y el Líder no saben cualquier privilegio sino que sólo sirven por las masas populares.

    Esta realidad fue creada por el ejemplo sublime de Kim Jong Il.

    El Dirigente Kim Jong Il dijo:

    “Debemos procurar que todos nuestros cuadros, con la disposición de compartir la vida y la muerte, las penas y las alegrías con el pueblo, le dediquen todo su ser a éste, y posean la cualidad popular, sencilla, modesta, imparcial y honesta.”

    Un día primaveral de un año, Kim Jong Il fue a un órgano por un problema importante.

    Kim Jong Il hizo cola detrás de las gentes que se ponían delante de la taquilla de recepción y esperó su turno para entrar en el cuarto del cuadro responsable.

    El no contuvo la excitación por la alegría de ver a Kim Jong Il en su organismo.

    Kim Jong Il lo aplacó con la sonrisa en el rostro y se sentó en la modesta silla de madera para empezar la conversación con él.

    Cuando conversaban, sonó el teléfono que estaba sobre la mesa.

    El funcionario que sentía embarazo se disculpó diciendo: “Porque es el organismo ocupado…” y dejó el auricular sobre la mesa para que no sonara más el teléfono.

    Kim Jong Il dijo con generosidad que habría telefoneado por un asunto urgente; si no contesta, qué impaciente estará él. Se levantó del asiento y llevó el auricular a la mano del funcionario.

    Ese día, Kim Jong Il dio instrucciones de importancia programática en la materialización de la política del Partido durante largo tiempo.

    Después de la conversación, Kim Jong Il se despidió del cuadro responsable en el recinto.

    Pero, ¿qué le pasa? El coche se detuvo por la barrera de tránsito. El guardia no levantó la barrera porque no sabía que Kim Jong Il estaba dentro del coche.

    Cuando el cuadro estaba a punto de correr al guardia, Kim Jong Il lo llamó para decir en tono cordial: Nadie tiene derecho a violar la disciplina establecida por el pueblo. Todos deben observarla conscientemente.

    Sonrió ampliamente diciendo que el guardia cumple excelentemente su deber. …

    Así Kim Jong Il con la modestia infinita y los rasgos populares no permitió cualquier “privilegio” mientras que dio ejemplo sublime de llevar la vida misma con el pueblo dirigiendo a los cuadros a vivir y trabajar de tal manera.

    Kim Jong Il siempre decía que el privilegio y la preferencia de los cuadros residían en conocer y estudiar más que nadie las enseñanzas de Kim Il Sung y las orientaciones del Partido y trabajar mucho más.

    Un año les indicó a los funcionarios las formas de expresión de la autoridad y continuó: No podrá existir un ser especial en nuestra sociedad donde el pueblo es dueño del país y todos son ciudadanos iguales. La diferencia reside en la asignación y el deber social de cada uno.

    Dijo con severidad que lo que unos “cuadros que abusan de su autoridad” exigen el trato especial era el acto de violar el interés del pueblo y el crimen de separar las masas del Partido y que deberían librar la lucha rigurosa contra la autoridad.

    De ahí que entre los cuadros coreanos se libró la labor activa para aprender los rasgos modestos de Kim Jong Il.

    Hoy ellos toman por máxima del trabajo y la vida la consigna presentada por Kim Jong Il: “¡Servir al pueblo!” y comparten las penas y las alegrías con las masas sin saber ni un pedazo de privilegios.

    En todas las partes de la RPDC se ven los servidores verdaderos al pueblo que le dedican el pensamiento y el entusiasmo para su interés.

    ra su interés.