Nació una historia de cariño en la cosmética para las coreanas que viven felices en el regazo cariñoso del gran Dirigente, lo que conmueve a la gente.
Era un día de agosto de 2007.
Sin recuperarse de la energía gastada en la dirección sobre el terreno en canícula el Dirigente Kim Jong Il se sentó junto con los funcionarios correspondientes para ver las muestras de los ganchos de pelo, hechos recientemente. Dejaba ver la satisfacción en su semblante de examinar varias formas de ganchos de pelo, lúcidos en el color y bonitos en la forma. Parecía que estaba imaginando la cara alegre y risueña de las coreanas. De repente, le preguntó a un funcionario qué nombre les puso, a lo que respondió que pensaba nombrar “Amargón”. Kim Jong Il preguntó si no habría otro nombre mejor y se quedó pensativo algún rato. Los funcionarios sintieron el amor paternal de querer poner el nombre más elegante en el artículo preferido de la mujer.
Poco después, Kim Jong Il dijo que sería mejor poner en la marca “Cosmos”, porque el “Amargón” era flor de pocos colores, pero aquél tenía varios y se sentía muy alegre al verlo bailar en el camino de la dirección sobre el terreno.
Al instante los funcionarios dieron aclamaciones sin darse cuenta.
“Cosmos” es un nombre amoroso y significativo. ¡Cuán hermosa es la flor cosmos que florece hasta el otoño en que se deshojan las otras ante el viento frío!
A los funcionaros se les vinieron a la mente el motivo inolvidable de hacer los ganchos de pelo.
Un día de diciembre de 2006 Kim Jong Il llamó a los funcionarios del sector interesado preguntándoles con cariño si no podrían hacer horquillas de pelo que las mujeres preferían, a lo que ellos, muy sorprendidos, no supieron qué contestar. En vez de reprocharles él les dijo que era mucha la demanda de los ganchos de pelo y en nuestro país había obreros especialistas en la elaboración de las piedras preciosas, por lo que sería posible hacerlos de buena calidad que les quedasen a gusto.
Kim Jong Il tomó las medidas de asegurar primordialmente las instalaciones y materias necesarias en la producción de alfileres y dio varias enseñanzas en cuanto a los problemas de examinar estrictamente la calidad y de aumentar la producción.
No habrá nadie como Kim Jong Il quien presta gran atención a los ganchos de pelo que no pasan de ser asuntos estatales sino un artículo preferido de la mujer.
Kim Jong Il dedicó su amor y abnegación a hacer florecer y brillar como flor y joya la vida de las coreanas quienes se encargan de una de las ruedas de la revolución de Songún.
Es Kim Jong Il quien ofreció el amor paternal en un rollo de tela de seda y una caja de crema medicinal en el período tan difícil de la marcha penosa.
“Cosmos”, gancho de pelo nació gracias al gran amor paternal.
En verdad, es la noble esencia de la confianza y el cariño de Kim Jong Il con las coreanas.