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    Los diez puntos de vista sobre el pueblo demuestran de modo descriptivo los rasgos de Kim Jong Il que ama infinitamente al pueblo.

    Es el dirigente popular sin igual que se dedica al pueblo.

    Sus artículos explican de manera sintética y popular la grandeza del punto de vista y la posición hacia el pueblo y la fuente de la confianza y el amor de Kim Jong Il.

    

    1) El “Dios” al que más adora es el pueblo

    Originalmente, el término adorar significa respetar y venerar a un ser. Los religiosos adoran al “Dios” como dominador absoluto, el Creador y ente omnipotente de todas las cosas de la naturaleza.

    Kim Jong Il no puso al “Dios” sino al pueblo en la posición del dominador absoluto y el ente omnipotente.

    

    2) El maestro al que más respeta es el pueblo.

    Kim Jong Il dice que las masas populares son maestras a las que él mismo debe aprender toda la vida compenetrándose con ellas y escucha con atención sus opiniones para encontrar en su inteligencia la llave de la solución de los problemas difíciles y complicados de la revolución y la construcción.

    

    3) El ser más fuerte es el pueblo.

    Kim Jong Il ve en las masas populares seres omnipotentes, seres más poderosos del mundo para de esta manera elevar al máximo su posición y dignidad en el desarrollo de la historia.

    

    4) El creador más inteligente es el pueblo.

    Kim Jong Il construye el socialismo por medio de hacer poner en pleno juego la fuerza y la inteligencia del pueblo con la firme convicción de que no habrá “nada imposible” en el mundo cuando se movilicen su inteligencia y su fuerza creadoras.

    

    5) El arma más poderosa es la unidad monolítica del pueblo.

    La unidad monolítica significa que las masas populares se unen ideo-volitiva y moral-obligatoriamente en torno al Partido y el Líder.

    Kim Jong Il, diciendo que dicha unidad es más poderosa que el arma nuclear, procura la unidad del Líder, el Partido, el ejército y el pueblo y se vale del poderío de dicha unidad para hacer avanzar a la victoria la revolución y la construcción superando múltiples pruebas.

    

    6) El anhelo máximo es construir un paraíso del pueblo donde se haya verificado la independencia.

    Kim Jong Il posee la convicción de que se necesitan la revolución y el revolucionario para verificar la exigencia independiente y la aspiración de las masas populares y asegurarles una vida independiente y creadora. El anhelo máximo de toda su vida es construir una sociedad donde se haya realizado la independencia del pueblo.

    

    7) La alegría máxima es la felicidad del pueblo.

    Kim Jong Il se dedica por entero a la vida independiente y feliz del pueblo. Se alegra mucho si el pueblo goza de la felicidad.

    

    8) El dolor más intolerable es la desgracia del pueblo.

    Kim Jong Il piensa primero en la mesa de comer del pueblo, se preocupa por la comodidad del pueblo y se siente doloroso más que nadie, si se entera de que el pueblo sufre la incomodidad y la desgracia, aunque mínimas.

    

    9) La cólera máxima reside en la violación del interés del pueblo.

    Lo que Kim Jong Il odia más es el autoritarismo y el burocratismo como los actos de dominar al pueblo y perjudicar su dignidad e interés, y no tolera su mínima expresión sino que castiga severamente.

    

    10) Su máxima es la consigna: “¡Servir al pueblo!”

    Es la consigna que compendia el punto de vista y la posición, centrados en el pueblo que es dueño del país y rey de la época mientras los funcionarios son sus servidores. Todos sus pensamientos y actividades se subordinan y aspiran a servir para el interés y la felicidad del pueblo.

    

    Así, Kim Jong Il es el dirigente del pueblo que posee dotes de amar al pueblo y el punto de vista y la posición más grandes hacia él.

    Goza del elogio caluroso de todo el mundo por tener el amor, la confianza y los nobles rasgos populares con que no contaría ninguno de los políticos y grandes hombres en la historia.

    La adoración absoluta, el amor y la confianza de Kim Jong Il en el pueblo constituyen la oda más valiosa a éste y sirven de fuente fundamental de todas las victorias y milagros del pueblo coreano.