El pueblo coreano sufrió el duelo nacional, el fallecimiento del Gran General Kim Jong Il en 17 de diciembre de 2011 que continuaba sin cesar el camino de la marcha penosa de las direcciones sobre el terreno, más activo y abnegado para la patria y el pueblo.
Era el último día de lágrimas sangrientas que perdieron al Gran General.
El Máximo Dirigente Kim Jong Un dijo a los funcionarios que el Gran General sufría muchas penalidades, trabajaba hasta las tres o cuatro de la madrugada y recibía la primera madrugada del país, no estaba satisfecho por su trabajo y estaba impaciente al trabajar solamente 24 horas al día pensando en que el destino de la patria y el pueblo dependía de sí mismo.
Y dijo que está siempre pensando en cómo realizar las enseñanzas del Gran General, es mi decisión y voluntad firme construir la potencia socialista cuanto antes en donde todo el pueblo son ricos y al que todo el mundo envidia, seguiría toda mi vida el estilo de la revolución y de la vida del Gran General y desde este momento abriría la puerta de primera madrugada en lugar de él. Esta era la decisión histórica de aquel día.
La crónica histórica inmortal del estimado mariscal, empezada desde aquel día es penetrada con el deseo ardiente de construir cuanto antes la potencia socialista, el paraíso del pueblo al que todo el mundo envidia, al realizar la idea, los méritos de los grandes líderes y sus enseñanzas.