Un día de febrero de 1985 el pueblo coreano le ofreció mucha cantidad de miel silvestre al gran Dirigente Kim Jong Il que trabajaba día y noche para la prosperidad de la patria y la felicidad del pueblo con el deseo de su buena salud.
Al informarse de eso, el gran Dirigente dijo a funcionarios que la enviaran a la Casa de Maternidad de Pyongyang.
A la petición de los funcionarios que la usara el Dirigente, este dijo que antes de la liberación del país las mujeres coreanas no pudieron tomar tónicos como la miel silvestre aún después de parto y que todos sabían que la miel era buena para la recuperación de la salud de parturientas, pero las familias de obreros y campesinos pobres no pudieron comprarla. Prosiguió que el Partido construyó la moderna maternidad y cuán estarían alegres las mujeres en sobreparto si tomaran la miel silvestre allí. Vamos a enviar toda esta miel a la casa de maternidad dijo y acotó que los niños son el futuro y la esperanza de la patria, que la buena salud de las madres garantiza la de los niños, y cuando estos crecen sanos el futuro de la patria será más luminoso.
Así que, toda la miel silvestre fue enviada a la Casa de Maternidad de Pyongyang a la que todas las mujeres coreanas llaman la “casa paterna”.