La Corea socialista tiene un profundo origen y pura tradición de la lealtad.

La historia comprueba que esa tradición creada en las primeras décadas de este siglo se continúa de forma intacta hasta la fecha en vísperas del nuevo siglo.

La lealtad a estilo coreano se ha consolidado como convicción, voluntad, sentimiento ideológico, conciencia y costumbre del pueblo y ejército coreanos por la continuación y desarrollo a lo largo de casi un siglo.

Según los coreanos, la lealtad del pueblo al líder se ha transformado en la convicción, conciencia, moral y vida, mostrando un mundo ilimitadamente noble y hermoso.

El compañero Kim Jong Il, quien encarna perfectamente la idea y los rasgos de dirección de Kim Il Sung, fundador del socialismo a estilo coreano, sucede y desarrolla totalmente también el concepto de fidelidad de este al pueblo.

Entre muchas consignas presentadas por Kim Jong Il destaca ¡Servir al pueblo! En esta está plasmada la idea de Iminwichon (considerar al pueblo como el cielo), credo de Kim Il Sung.

En la obra de Kim Jong Il El socialismo es ciencia recién publicada hay frases célebres:

Para aplicar una genuina política de virtud en la sociedad socialista es indispensable contar con un dirigente político que ame al pueblo ilimitadamente. Si el dirigente político en el socialismo no posee suficiente capacidad, es posible que como consecuencia dilate el desarrollo de la sociedad, pero si carece de las cualidades humanas, puede traicionar al pueblo y llevar el socialismo a la ruina.

La consigna y las palabras célebres de Kim Jong Il reflejan su voluntad de dedicarse enteramente para el pueblo adorándolo como el cielo.

El mundo de lealtad entre el dirigente y el pueblo en Corea se sucede y se desarrolla generación tras generación no como una relación legal, moral y obligatoria, sino como relación consanguínea conectada con el alma sincero y sangre caliente.

Por el mundo de lealtad de este país que se consolida cada vez más con el paso del tiempo, yo sentí una vez más lo poderosa que es la fuerza de tradición que se sucede puramente.

Gracias a la lealtad que fue creada por Kim Il Sung, genial comandante legendario, y que se sucede y se desarrolla puramente por Kim Jong Il, destacado dirigente político, el prestigio y los méritos de líder nunca pierden el color y conmueven el mundo expidiendo luces relucientes, en medio de las pruebas de la historia y adversidades del tiempo.

(Artículo publicado en 1996 por Eric Trevet, secretario general del Comité Central del Nuevo Partido Comunista de Gran Bretaña)