Dicen que los rusos cogemos la enfermedad que se llama “nostalgia” más que otras naciones.

Para mí que no he vivido en otros países, al principio me he sorprendido por la maravilla y, al pasar una semana, la añoranza empezó a rasgar mi corazón. Tal vez este sentimiento sería nostalgia.

El único método de curar la enfermedad de nostalgia es el regreso a la patria.

He regresado a la patria tras un largo viaje a la RPD de Corea, pero no me siento haber vuelto a la patria.

La nostalgia dolorosa rasga mi corazón una y otra vez. La actual Moscú es diferente del tiempo pasado. Me siento varias veces como si sufriera una pesadilla imposible de despertar y abandonar.

Esta enfermedad la sufre no solamente yo sino millones de compatriotas.

Lo que me dio ayuda para aclarar esta enfermedad es una obra del compañero Kim Jong Il, sabio dirigente coreano.

En diciembre de 1995, antes de nuestra partida de Pyongyang, fue publicada en Rodong Sinmun la charla de él titulada Tratar con respeto a los precursores de la revolución es un sublime deber moral de los revolucionarios.

Yo la leí considerándola como un medicamento, y al regresar a mi casa, comparé muchos párrafos de la charla con la realidad actual y el pasado de Rusia.

La esencia de esta charla es el tratar con respeto a los veteranos y el mantener intacta la tradición.

Así que, decidí escribir un artículo en el periódico Veteran.

Kim Jong Il dijo en la charla:

“Que los seguidores traten con respeto a los precursores revolucionarios puede considerarse la manifestación del deber moral más noble entre los revolucionarios.”

No será difícil imaginar cuán gran envidia me invadió al leerla.

No es casual que inicié este artículo con el cuento sobre la enfermedad.

Nosotros nos entrevistamos tres veces con Kim Jong Il durante muchas horas. (Yo fui de viaje de tratamiento médico a Corea con D. T. Yazov, ex-mariscal soviético.)

El anfitrión nos dijo que los desastres y dolores que sufre el pueblo ruso eran apenados, pero al mismo tiempo un medicamento, que surtiría eficacia en resucitar el carácter activo y la conciencia de independencia nacional de los pueblos y estimularlos e impulsarlos a la lucha por la liberación.

A mi juicio, un rayo de esperanza, luz en medio de la oscuridad, capaz de ayudar en eliminar síntomas de enfermedad de nostalgia es el esfuerzo y la conciencia de nosotros mismos.

En este contexto, sería apropiado indicar que la llave de todos los éxitos alcanzados en la construcción socialista de la RPD de Corea está precisamente en el apoyo en las propias fuerzas.

Esto es la tesis principal de la doctrina del Juche concebida por Kim Il Sung, Líder del pueblo coreano.

La RPDC, país pequeño, sigue avanzando por el camino creador sorprendiendo al mundo entero con su audacia y éxitos.

Hubo grandes cambios en un corto plazo.

Esto se debe a la materialización de la idea Juche en la práctica.

No tengo la intención de exhortar a que vivan según la teoría del Juche.

Pero, esta doctrina misma señala la necesidad de vivir con su propio criterio según las condiciones dadas.

Ya es hora de que se despierte Rusia.

(Artículo publicado en enero de 1996 en el número 4 del periódico ruso “Veteran” por V. Karpov, héroe soviético y escritor)