Cierta vez el gran Dirigente
Unos respondieron que los bebés lloran de hambre, otros dijeron que lloran porque se sienten mal, y algunos opinaron que lloran porque quieren dormir.
Entonces, el gran Dirigente les dijo que el bebé acaba de comer y dormir mucho.
Los funcionarios no pudieron saber por qué llora el bebé. Mirándolos cariñosamente, el interrogante dijo en tono amable que los bebés lloraban pidiendo que cambiaran sus pañales mojados.
En un instante en la habitación se produjeron risotadas alegres.
Un rato
Prosiguió que él trabajaba tomando como el credo las palabras del Líder paternal de que la capacidad más importante del revolucionario es la de conocer a las masas y movilizar sus fuerzas e inteligencia.