En enero de 1957 el gran Líder Kim Il Sung visitó una aldea del municipio Samsok, ciudad de Pyongyang, ocasión en que supo que los lugareños anhelaban cultivar el arroz, pero no lo intentaban por la carencia de agua.
Tres días después, el Líder la visitó otra vez y les preguntó en tono amable si habían pensado en el cultivo de arroz. Y les dijo que recordaran juntos la cría de brotes de soya en familias para la cual usaban varias veces la misma cantidad de agua y afirmó que al utilizar el agua de forma circulatoria es del todo posible el cultivo de arroz.
Entonces un anciano le avisó que hay un pequeño manantial en los alrededores de la aldea.
Aunque oscureció mucho, el Líder, con la antorcha en la mano, se dirigió a la cabeza al lugar de manantial por un sendero abrupto cubierto por aguanieve.
Llegado al manantial, escogió el lugar de dique sugiriendo construir un embalse allí.
Poco después en aquel lugar se construyó el embalse y los campesinos empezaron a cultivar el arroz.
De ahí que los lugareños lo llaman “embalse de antorcha” para transmitir eternamente los méritos inmortales del gran Líder.
