Fue un día de agosto de 1999, cuando el gran Dirigente Kim Jong Il estaba de visita en una piscifactoría.

Viendo la tabla de presentación, prestó oído a la explicación del director sobre la dimensión y capacidad productiva de su planta.

Muy conmovido por la presencia del gran Dirigente en su centro de trabajo, el director le informó en detalle sobre la perspectiva y la característica topográfica del lugar y le explicó también sobre el monte llamado Sonnyo (hada) que se halla detrás de la piscifactoría.

El Dirigente observó un buen rato el monte con pocos árboles y de repente preguntó por qué lo llama Sonnyo.

“Dicen que en la antigüedad las hadas bajaban del cielo para bañarse en un manantial con aguas cristalinas y de ahí se originó el nombre.”

Moviendo la cabeza positivamente, el Dirigente volvió a preguntar, esta vez a todos, dónde se quitarían los vestidos las hadas en el monte desnudo y se rió a carcajadas.

Todos, inadvertidamente, se rieron, pero en seguida se quedaron sumergidos en el arrepentimiento.

Se dieron cuenta de que ya no podía llamarlo Sonnyo y se percató de la importancia y urgencia de la repoblación forestal.