El sentimiento de veneración del pueblo coreano hacia el gran Líder Kim Il Sung se puede leer también en el llamamiento: “nuestro Líder”.

“¡Nuestro Líder!”

En la historia hubo dirigentes que trabajaron por el bien del pueblo, pero en ninguna época y en ningún país se puede encontrar el auténtico líder del pueblo que recibió la ilimitada veneración y confianza del pueblo llamándose con el título honorífico de “nuestro”.

En este calificativo está penetrado el ilimitado afecto de los habitantes coreanos por el destacado líder y padre íntimo que los formó como sujetos de la historia y protagonistas de la época.