Un día por la noche muy avanzada, el Comandante Supremo Kim Jong Un visitó una unidad del Ejército Popular.

Durante largo tiempo dio instrucciones valiosas sobre la labor de la unidad y mirando a una funcionaria de ella le elogió los méritos diciendo que había trabajado bien y recibido encomios del gran Líder Kim Il Sung y el gran Dirigente Kim Jong Il. Antes de abandonarla le deseó buena salud y mayor éxito en el trabajo.

Aun después de su partida, la funcionaria no podía abandonar el lugar pensando en el empeño del Mandatario que acogería el nuevo día en el camino de viaje.

Pero un buen rato después el carro del visitante le regresaba.

A ella con ojos incógnitos sin saber el motivo, le explicó el compañero Kim Jong Un que regresó para tomarse foto con ella y tomó la foto conmemorativa con ella. Era que volvió para dar más brillo a la vida de esa funcionaria que seguía con lealtad al Partido toda la vida.