Un día otoñal de 1971, el gran Dirigente Kim Jong Il que dirigía sobre el terreno la provincia de Ryanggang visitó Mupho donde pescó con caña un buen rato.

Los salmones pluvius mordían carnada sin cesar, pero el pescador, sumergido en una profunda meditación, no lo percibía.

Solo cuando un funcionario acompañante, muy extrañado, se le acercó haciendo señales, el Dirigente echó la mirada hacia atrás.

Como si continuara el pensamiento le dijo quedamente que sumergido en la reflexión allí en la ribera del Tuman impregnada de las huellas sagradas del gran Líder Kim Il Sung y la sangre de mártires revolucionarios antijaponeses, se le ocurría buena idea para formalizar la ideología del Líder.

Prosiguió que el Tuman y las selvas en sus alrededores eran testigos de una historia severa, que la ideología de Kim Il Sung no tenía parangón alguno en la extensión y profundidad del contenido y que la historia revolucionaria de este constituía una epopeya heroica, memorable para siempre por la humanidad.

Un rato después señaló que la idea Juche concebida por el gran Líder estaba propagada a miles de millones de personas del mundo, pero todavía no la formalizaban con su nombre y afirmó que lo mismo que es eterna la corriente del Tuman, el kimilsungismo era la única idea directriz revolucionaria que representara la época actual y no perdería la vigencia en el futuro también.

Hoy también Mupho transmite la perspicacia ideo-teórica del Dirigente Kim Jong Il que tomó como la misión más sublime el formalizar la ideología revolucionaria del Líder Kim Il Sung como la guía rectora que ilumina el camino a seguir de la época.