Fue en mayo de 1952, cuando en Corea estaba en pleno ardor la lucha por rechazar la agresión del imperialismo norteamericano y de sus fuerzas seguidoras.
Según la enseñanza del gran Líder, camarada
El panorama de la ciudad de Pyongyang que será levantada majestuosamente liquidando las ruinas, el paseo del río Taedong que será construido más hermoso, las maquetas elegantes que muestran la conformación del centro urbano y la ubicación de carreteras, los diseños de las viviendas cómodas y de los edificios públicos modernos…
Todos los habitantes y militares del Ejército Popular que recorrían el lugar de exposición estaban llenos de alegría y esperanza y confiaban firmemente que se acercaba el día de la victoria, gracias al gran Líder que proyectaba el futuro en medio del fuego de la guerra.