Un día de mayo de 1986 el gran Dirigente Kim Jong Il habló a altos funcionarios del CC del Partido del Trabajo de Corea sobre el valor de la vida auténtica, ocasión en que mencionó que este residía en dedicar la vida en aras de la sociedad y el colectivo, la patria y el pueblo, el Partido y la revolución.

Subrayó que el valor de la vida auténtica en nuestra época se encuentra en seguir con lealtad la idea y el propósito del Partido y el Líder, y en la lucha abnegada por la victoria de la causa revolucionaria autóctona, y que vivir con la frente alta sin remordimiento ni vergüenza constituía precisamente la vida auténtica en nuestra época.

Continuó que la vida auténtica brilla con cada momento meritorio, que el tiempo ocioso en la vida, por muy momentáneo que sea, jamás se puede recuperarlo con nada y que solo al llevar toda la vida con fidelidad, desde el punto de partida hasta el último momento, se puede hablar de una vida orgullosa sin ningún remordimiento y vergüenza.