Un día cuando la Guerra de Liberación de la Patria estaba en el ardor, el gran Líder, camarada Kim Il Sung llamó a un funcionario y le dijo que, aunque se habían inaugurado las escuelas en ese momento, no tenían suficientes establecimientos docentes, por lo cual los alumnos no podían estudiar bien. Instruyó trasladar las escuelas de los alrededores del ferrocarril y de las carreteras a los lugares seguros. Dispuso resolver todos los problemas que se presentaban en el sector docente para que los alumnos continuaran estudios aún en medio de los bombardeos.

Gracias a la atenta dirección y cálido amor del gran Líder, se levantaron en un corto tiempo muchas aulas de diferentes tipos en los lugares seguros que no se afectaban por el bombardeo, fue creada la realidad sin precedentes en la historia de guerras que se suministraron a las escuelas los equipamientos y artículos escolares y resonaron sin cesar las lecturas de aprendizaje en todas las escuelas.