Fue un día de verano de un año. Aunque la noche avanzaba, no se apagaba la luz en la habitación del gran Líder, camarada Kim Il Sung. El funcionario que esperaba con impaciencia y ansiedad entró en la habitación del gran Líder y le dijo: “Líder, la noche ha avanzado mucho.”

Y sólo entonces, el gran Líder apartó los ojos del documento y dijo que el día siguiente iba a discutir sobre la producción de confites y de aceite. Dijo que su deseo en toda su vida era suministrarles a los niños y habitantes suficientes caramelos y aceite.

El gran Líder, que había pasado toda la noche sin dormir para el pueblo, el día siguiente dio valiosas instrucciones sobre la suministración de los caramelos y de aceite a la población aumentando su producción, en la consulta de los funcionarios del sector de la industria alimentaria.