Hacia la noche del primero de junio de 2014, cuando iba a poniéndose el sol, el estimado compañero Kim Jong Un visitó el Orfanato de Pyongyang.
Cuando la directora del orfanato le dio el saludo de agradecimiento, el estimado compañero Kim Jong Un sonrió ampliamente diciendo que a dónde iría si no viniera a ver a los huérfanos del orfanato en la fiesta de los niños.
El estimado compañero Kim Jong Un, recorriendo varios lugares del orfanato, dijo que estaba feliz que los niños celebraban bien la fiesta y se reían todos tan felices. Prosiguió que quería ver a los huérfanos que comían, aún cuando tuviera que demorarse algún tiempo, y se dirigió al comedor. Dijo que en el comedor había que preparar con alimentos iguales diversas comidas adecuadas con el gusto de los niños y que el día siguiente preparara para ellos la albóndiga frita de faisán.
El día siguiente, el estimado compañero Kim Jong Un realizó reiteradamente detallada labor organizativa para preparar un banquete especial para los huérfanos y dispuso que los funcionarios fueran al orfanato para darles alegría.
Así, fue preparado el banquete especial sin igual en el mundo, no para los innovadores o beneméritos sino para los huérfanos ingenuos.