Más de 70 mil personas de 136 países.
Esta cifra indica el número de los extranjeros con los que el gran Líder, camarada Kim Il Sung se encontró después de la liberación del país hasta el último período de su vida.
Este período es casi 50 años. Es decir, se encontró en un año con más de 1400 extranjeros, o sea, aproximadamente 4 extranjeros casi cada día por promedio.
La mayoría de los extranjeros con los que el gran Líder se había encontrado eran de diferentes clases y capas, como políticos, periodistas, hombres de prensa, diplomáticos, religiosos, obreros, campesinos, militares, eruditos, becarios en el extranjero e incluso los niños ingenuos.
El gran Líder solía utilizar la palabra “relación de amistad” durante toda su vida.
Cada vez que se encontraba con los extranjeros, les hacía promesa de compartir la amistad como amigos íntimos y, cuando se los encontraba otra vez, llamaba amablemente “viejos amigos” profundizando así lazos humanos.
Entonces, ¿por qué el gran Líder se encontró con tantos muchos extranjeros y profundizó los lazos humanos?
No fue en algún modo porque era el líder estatal del país.
En sus Memorias En el Transcurso del Siglo, el gran Líder recordó de los comunistas internacionales con quienes abrió paso entre una lluvia de balas y escribió que creía que la amistad, en tanto que sentimiento humano, puede ser sólida sólo cuando se establece a través de las relaciones interpersonales concretas, y tal sentimiento no se enfría, aunque pase el tiempo.
El gran Líder no vio las relaciones con los extranjeros como simples relaciones políticas, diplomáticas o prácticas, sino las consideró como relaciones humanas.
