Un día de otoño de un año, el gran Líder, camarada Kim Il Sung visitó la granja anexa Sindae (aquel tiempo) de la Granja Combinada Frutícola del distrito Kwail de la provincia de Hwang
Un funcionario le dijo que la mayoría de los que se habían reunido eran jefes de equipos de trabajo y secretarios de células. El gran Líder dijo que las mujeres hacían trabajos agrícolas mejor que los hombres, razón por la cual había que concordar bien la proporción entre los hombres y las mujeres en la formación de los cuadros administrativos y primarios. Ese día, el gran Líder sintió lástima de no haber podido tomado fotografías de memoria con las innovadoras por la escasez del tiempo y pidió que no se sintieran desoladas. Por la noche de ese día cuando volvió a Pyongyang, escuchando sumergido en profundos recuerdos la canción sobre las mujeres, el gran Líder dijo calurosamente que había que promover activamente a las mujeres como cuadros y destacarlas y ayudarlas para que cultivaran flores de la revolución y no solamente cantar sobre ellas como flores.
Gracias al cuido y beneficio esmerado del gran Líder, en Corea nacieron incontables heroínas e innovadoras que crearon méritos que brillarán a lo largo de la historia revolucionaria.