Un día de enero de 2012, cuando el estimado compañero Kim Jong Un compartió el lugar con los funcionarios, dio valiosas instrucciones en cuanto al punto de vista y la actitud que deben tener los funcionarios en sus trabajos.
Kim Jong Un enfatizó a los funcionarios que había que cumplir cabalmente, sin el menor desvío, el legado del gran Dirigente Kim Jong Il y realizar consecuentemente los trabajos que deseaba y que no había cumplido.
Señaló encarecidamente que los funcionarios deben entrar profundamente en las masas para ser locomotora que las dirige y correr con los trabajos en sus sectores encargados hasta que se desgasten las plantas de pies.
Prosiguió que los funcionarios tenían que hacer marcha penosa, y el pueblo marcha de paraíso, y que había que sentar a la población sobre el cojín de oro, aunque los funcionarios trabajaran duros.
Dijo que tenían que ofrecer al pueblo una vida rica como lo deseaba el gran Dirigente, cumpliendo cabalmente su legado. Subrayó que si era rica o pobre la vida dependía del trabajo de los funcionarios.