Póngase letras de registro Son letras prohibidas

El gran Dirigente Kim Jong Il consideró a los soldados no solamente en la relación del cargo militar sino como sus propios hijos, y dio la confianza y el afecto dirigiéndose sin falta al lugar donde estuvieran los soldados aunque fuera muy lejos y abrupto.

Fue una vez, cuando los miembros de mando del Ejército Popular rogaron ardientemente al gran Dirigente que no se dirigiera a la primera línea del frente.

En aquel entonces, el gran Dirigente dijo lo siguiente:

Ahora mis muchos hijos e hijas están defendiendo la línea de defensa de la patria. Tengo que averiguar la vida militar de mis hijos e hijas que están de guardia avanzada y estimularlos. Para hacerlo, tengo que ir a la zona de frente.

El gran Dirigente, tras dirigirse a los soldados con el ferviente amor y caluroso afecto avanzando por la cuesta escarpada y la ruta marítima, cuidaba con el sentimiento paternal de la vida de los soldados recorriendo uno por uno el cuartel, el comedor, el almacén de comestibles y el baño.

Envió personalmente las cremas para las soldadas de la artillería de costa cuyas caras se habían agrietadas por el viento marítimo, ofreció los instrumentos musicales para que los soldados siempre hicieran una vida optimista y tomó fotografías conmemorativas abrazando a todos los soldados del puesto.