En la segunda quincena de marzo de 2000, el gran Dirigente Kim Jong Il recorrió durante varios días los lugares revolucionarios de combate conservados en la zona del monte Paektu, haciendo camino a través de la nevasca violenta del Paektu.
El gran Dirigente señaló que la tradición brillante de la revolución creada por el gran Líder en el prolongado tiempo de la lucha revolucionaria antijaponesa constituye una raíz fuerte de nuestro Partido y revolución y que la revolución coreana resulta siempre victoriosa porque esta sangre del Juche se sucede y desarrolla firmemente de generación en generación.
Fue una instrucción valiosa que enseñaba cuál es la raíz de la revolución coreana que hace ganar siempre victorias brillantes.
Sus palabras significativas resuenan calurosamente hasta hoy infundiendo en cada corazón del pueblo coreano la férrea convicción de culminar sin falta la causa revolucionaria del Juche sucediendo con firmeza la tradición revolucionaria del Paektu.