Póngase letras de registro Son letras prohibidas

    Un día de invierno, el Gran Dirigente camarada Kim Jong Il llamó a un funcionario y salió a la parada del autobús para encontrarse con los maestros por recibir consejos de resolver el problema de tránsito de los ciudadanos.

    Tomado el autobús como otras personas, el Gran Dirigente escuchó con atención a la conversación entre el chofer y pasajeros. Cuando llamó a los trabajadores que reparaban el autobús, prestó atención a sus opiniones.

    Cuando regresó a su despacho al pasar mucho tiempo con ellos, era medianoche.

    Por la mañana del próximo día, aquel funcionario recibió del Gran Dirigente un documento que se trataba de la medida detallada por resolver el problema tenso del tránsito.

    Dirigiéndole una mirada amable al funcionario que estaba lleno de la emoción, el Gran Dirigente enseñó que solo escribió lo que indicó el maestro y que con los que se encontró ayer por la noche eran los maestros más respetados por él.

    Entonces el funcionario llegó a entender su palabra que el maestro a quien el Gran Dirigente quería escuchar el consejo eran los pueblos ordinarios.