Era cuando todo el país palpitaba por la emoción y la alegría de que contó con el Gran Dirigente camarada Kim Jong Il como el Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea.
Una soldada veterana que vive en la ciudad Pyongyang hizo que sus 8 hijos como los hijos licenciados y los que estaban trabajando en diferentes puestos después de graduarse de la universidad sirvieran en el militar o retornaran al servicio militar depositando el corazón modesto de crecerlos como los soldados del Gran Dirigente.
Era el Gran Dirigente quien leyó profundamente la unánime aspiración y el deseo de todas las mujeres de este país que quieren hacer toda su misión y el papel ante la patria, el pueblo y la época a través de este acto de la soldada veterana.
E hizo valorar altamente este acto de la soldada veterana y de sus hijos.
Esto no era todo.
Cuando el Gran Dirigente estaba en el camino de la dirección en el terreno visitando a un lugar revolucionario histórico, recordó con emoción sobre una mujer ordinaria, una lectora, quien llevó a los huérfanos y los destacaron en los puestos de la defensa de la patria y a los lugares de la construcción del socialismo.
El seno del Gran Dirigente que formaron a las madres como las revolucionarias dignas de la época es literalmente el seno del gran amor en que todas las mujeres y las madres de este país llevan la vida.