La independencia en la política está ligada con el internacionalismo y sirve de fundamento para intensificarlo.
El Dirigente Kim Jong Il dijo:
“La independencia no contradice el internacionalismo, al contrario, sirve de fundamento para afianzarlo.”
La independencia política se expresa en el ejercicio pleno de la soberanía y la igualdad en la arena internacional. La soberanía es el derecho sagrado de todos los partidos, países y naciones. En el mundo existen partidos y países grandes y pequeños, naciones desarrolladas y atrasadas en el aspecto económico, pero todos ellos son iguales e independientes. Nadie debe atentar contra la soberanía de otros sin dejar que se viole la suya.
La independencia política está unida con el internacionalismo. Tal como no se puede pensar en la revolución mundial aparte de la nacional, así tampoco puede imaginarse el internacionalismo al margen de la independencia nacional.
El internacionalismo no es la concepción abstracta aparte de la revolución nacional sino que está relacionado estrechamente con ella. Por lo tanto, sólo cuando se realicen bien las revoluciones nacionales, podrán llevarse a cabo la revolución mundial. Si todos los pueblos salen victoriosos en la revolución se va acelerando la victoria de la revolución mundial. Y también pueden ayudarse bien en la revolución con las experiencias prácticas y la fuerza real y cumplir con su deber internacionalista.
La independencia política constituye la base para afianzar el internacionalismo.
La solidaridad internacionalista debe ser, desde el principio, voluntaria e igualitaria. Para serlo así, es preciso asegurar la independencia política entre los países. Si no se respeta o amenaza con la soberanía nacional y se interviene en asuntos internos ajenos, no puede haber una amistad ni solidaridad, sino discordia y conflicto.
La solidaridad internacionalista puede ser sincera y duradera, sólo cuando se basa en la independencia política.
Nuestro Partido y Estado se orientan a la unión con los países socialistas, los países no alineados y los países emergentes, y a consolidar con todos los países que nos traten amistosamente sobre la base de los siguientes principios: el respeto por la integridad territorial y la soberanía, la no agresión, la no injerencia en los asuntos internos, la igualdad y el beneficio mutuo, para de esta manera defender la soberanía política y la igualdad en las relaciones exteriores y combinar la independencia política y el internacionalismo.
La independencia en la política no es el “nacionalismo” ni el “aislacionismo”, sino el patriotismo verdadero y está ligada con el internacionalismo auténtico.
