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Método del trabajo conforme a la realidad

    El Secretario General Kim Jong Il dijo:

    "El movimiento revolucionario requiere resolver todos los problemas de acuerdo con la realidad en constante cambio y desarrollo y con las condiciones concretas del país."

    El método consta de dos sentidos.

    Uno es resolver todos los problemas conforme a las condiciones del tiempo en constante cambio y desarrollo y otro a las realidades concretas de cada país.

    Es porque la revolución y la construcción en cada país se realizan en las circunstancias en constante cambio y en diferentes condiciones.

    El tiempo no es estático para la revolución y la construcción sino dinámico. Por eso, de ninguna manera puede ser iguales las características de cada época en que ella se efectúan.

    Para la revolución y la construcción es necesario tener siempre en consideración las condiciones del tiempo en constante cambio y desarrollo y resolver todos los problemas de acuerdo con éstas. Es la misma razón de diferir el modo de vivir según el cambio de las estaciones del año.

    La revolución y la construcción se desenvuelven en diferentes épocas y circunstancias concretas en cada país. Ellas se realizan a nivel nacional. No son iguales las historias nacionales, los niveles del desarrollo económico, las condiciones geográficas, los grados de la conciencia, las mentalidades, las costumbres y los modos de vivir.

    Como son diferentes las circunstancias concretas de la revolución y la construcción no puede haber una receta conveniente a cualquier país. Por esta razón, se plantea el modo del trabajo conforme a la realidad.

    Para realizar la revolución y la construcción de acuerdo con la situaciondada, es preciso definir las líneas y las políticas, las estrategias y las tácticas sobre la base de una seria consideración de las condiciones subjetivas y objetivas de su revolución.

    Para la revolución y la construcción es necesario, primero, trazar sus propias líneas y políticas, estrategias y tácticas. La llave reside en considerar seriamente las condiciones subjetivas y objetivas de la revolución: la situación de la revolución y de la economía social, la correlación de fuerzas internacional, el nivel de preparación de las masas populares y los factores necesarios en ganar la victoria, que son diferentes por países. Sin tomarlas en cuenta no se puede elaborar exactas líneas y políticas y es fácil cometer errores en la revolución y la construcción. Por eso, para encauzar bien la revolución y la construcción hay que definir las líneas y las políticas, las estrategias y las tácticas basándose en la seria consideración de las condiciones subjetivas y objetivas de su revolución. Esto constituye el primer proceso para realizar la revolución y la construcción conforme a la realidad.

    Pero, para tomar en cuenta estas condiciones hay un problema que requiera la mayor importancia.

    Es prestar una atención primordial a la preparación de las propias fuerzas revolucionarias. Porque el factor decisivo del triunfo de la revolución no radica en las condiciones objetivas sino en los factores propios, fuerzas internas revolucionarias.

    Por supuesto, no se puede menospreciar la influencia de las condiciones objetivas. Sin embargo, si no se preparan firmes las fuerzas internas revolucionarias sólo absolutizando las condiciones, si son favorables o no, no se gana la victoria en la revolución.

    En Corea, después de la guerra, se había presentado el problema de transformar la economía rural en forma socialista, cuando algunos se lo opusieron vociferando que en las condiciones sin realizar la industrialización nacional no podría transformarla en forma socialista. Hasta aquel entonces reinaba como una fórmula la transformación socialista de la forma económica basándose en la industrialización.

    El Presidente Kim Il Sung se percató, con gran perspicacia, de las condiciones en que la guerra de 3 años destruyó completamente la economía rural y la vida popular; la realidad inaplazable de la cooperativización y la formación de las propias fuerzas capaces de encargarse de ella, sobre la base de lo cual enseñó la vía original de cooperativizar la economía agrícola por medio de transformar la forma económica antes de la transformación técnica.

    Gracias a la sabia orientación del Presidente Kim Il Sung sobre la cooperativización agrícola la RPDC pudo llevar a cabo brillantemente la transformación socialista dentro de 4 a 5 años.

    Verdaderamente, es un ejemplo en dar la importancia a los factores internos y elaborar líneas y políticas, estrategias y tácticas, que permitan acelerar la revolución y la construcción.

    Para llevar a cabo la revolución y la construcción en consonancia con la situación nacional es preciso tomar una actitud justa respecto a las teorías precedentes.

    Estas basan en la práctica revolucionaria del tiempo ya pasado de la historia. Por esta razón, no puede aplicarlo tal como está en la revolución y la construcción que se realizan en las nuevas condiciones históricas.

    Hay medicinas deficientes que antes tenían muchos efectos. Es porque son diferentes las condiciones fisiológicas de las personas y sus temperamentos que reaccionan a las medicinas.

    Es lo mismo en el método de realizar la revolución y la construcción. No puede ser conveniente el método de otro tiempo con las condiciones cambiadas de la época en que se realizan la revolución y la construcción. Por lo tanto, se presenta con mucha importancia el problema de tomar una actitud justa con respecto a las teorías precedentes.

    En cuanto a ellas, hay que adaptarlas a las propias peculiaridades tras analizar en que época, según que exigencias y bajo que premisas de las prácticas revolucionarias se formularon.

    Todas las ideas y teorías, sin excepción alguna, se conciben bajo las premisas de ciertas prácticas revolucionarias interpretando las exigencias de cierta época. Por ejemplo, el marxismo reflejó los requerimientos del tiempo histórico en que la clase obrera, surgida como una fuerza política independiente en los países capitalistas desarrollados de Europa, se levantó en la lucha contra la explotación y la opresión del capital. El leninismo se concibió sobre la base de la Rusia capitalista atrasada reflejando las exigencias de la época del imperialismo y de la revolución proletaria.

    Ya que todas las ideas y teorías reflejan las exigencias de cierta época y bajo las premisas económicas sociales, para saber si son aplicables o no , hace falta analizar con detalles las condiciones históricas en que se concibiesen.

    Lo importante para dirigir la revolución y la construcción no son teorías existentes sino la realidad palpable.

    El problema no reside en si corresponde o no a la teoría existente, sino en si es adaptable o no a la realidad de su país. Hay que aplicar de modo creador lo que vale hoy de las teorías anteriores. Pero no deben copiarlo tal como hicieron ayer. La copia no conviene al carácter creador de la lucha revolucionaria.

    Con el fin de ejecutar la revolución y la construcción conforme a su propia realidad es preciso buscar en forma activa nuevos principios y vías que se avengan a las condiciones históricas de la época y a la situación concreta del país en cuestión.

    A medida del desarrollo de la revolución y la construcción se plantean continuamente nuevos problemas que resolver. Como la revolución es el proceso de la lucha de suprimir lo caduco y crear lo nuevo es inevitable que se presenten problemas por resolver.

    Hoy, en el mundo surgen muchos problemas por resolver: como resucitar el movimiento socialista, como reformar las fuerzas revolucionarias en las condiciones en que se reducen los trabajadores tradicionales y aumentan los intelectuales en número y como hacer frente a las maquinaciones de la globalización de los imperialistas, etc.

    Bajo estas condiciones todos los pueblos deben averiguar los principios y las vías de solucionar nuevos problemas partiendo de sus propias realidades concretas. Sólo así pueden acelerar continuamente la revolución y la construcción.

    Asimismo, es importante asumir una actitud crítica y creadora con respecto a las experiencias ajenas.

    Estas cobran importancia en la revolución y la construcción. Pueden realizarlas con éxito sólo teniendo en cuenta las experiencias. Es sabido bien que tomar en consideración las experiencias es más fácil y rápido que tratar de cumplir sólo con el trabajo desacostumbrado.

    Todo país gana varias experiencias en el proceso de la revolución y la construcción. Por eso, los partidos y los pueblos de cada país pueden requerir el intercambio mutuo de las experiencias de otros. Pero, las experiencias de otros países, en todo caso, reflejan sus condiciones concretas. Por esta razón, aunque son buenas las experiencias ajenas no pueden ser convenidas con sus condiciones. Para los demás, hay en ellas cosas necesarias y útiles, pero también las que no lo son, hay cosas que se adaptan a la realidad y otras que no. Y debe asumir una actitud crítica y creadora con respecto a las experiencias ajenas.

    Entonces, ¿que significa adaptar una actitud crítica y creadora hacia las experiencias ajenas?

    Generalmente la gente engulle lo que le cae al gusto y escupe lo que no. Pasa lo mismo en la revolución y la construcción. De ellas se debe adaptar sólo las beneficiosas, no las demás. Aun en el caso de aprovechar las experiencias positivas se debe mantener la posición de no asimilarlas como están sino luego de transformarlas y adaptarlas a la realidad del país respectivo.

    Es necesario consultar las experiencias ajenas, pero en la medida posible se debe aprovechar las propias. Las experiencias propias reflejan su propia situación, de modo que son beneficiosas y útiles para la revolución y la construcción de su país, porque reflejan las exigencias de su pueblo y la realidad de su país.

    Esto no significa que no se debe introducir las experiencias ajenas. Es un error tanto el tratar de copiar a ciegas lo ajeno como el no querer aprender modestamente de las valiosas experiencias de otros. Lo importante es que actitud se toma respecto a ellas.

    La idea Juche se opone a la actitud dogmática, a adorar a ciegas y sin espíritu creador las experiencias ajenas y aceptar sin consideración lo que no se adapta a la realidad.

    El dogmatismo es una actitud que permite aplicar las tesis tal como están y copiar a ciegas lo ajeno sin tomar en cuenta las circunstancias y condiciones concretas.

    Esta actitud impide trazar correctas líneas y políticas acordes con las exigencias de desarrollo de la revolución y las aspiraciones del pueblo y, a la larga, obstruye la revolución y la construcción.

    Por lo tanto, los pueblos deben refutar el punto de vista y la actitud incorrectos que hacen asumir y adaptar de manera no crítica y dogmática las experiencias ajenas.

    El método de resolverlo todo conforme a su propia realidad materializando el espíritu creador constituye un metodo científico y revolucionario que posibilita llevar a cabo con éxito la revolución y la construcción refutando el servilismo a las grandes potencias y el dogmatismo.