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La necesidad de contar con las masas populares

    El método de apoyarse en las masas populares constituye uno de los contenidos muy importantes del principio de aplicar el método creador en la revolución y la construcción.

    El método de contar con las masas populares implica resolver todos los problemas de la revolución y la construcción por medio de movilizar sus fuerzas e inteligencias creaodras.

    El Secretario General Kim Jong Il enseñó:

    "El éxito de la revolución y la construcción depende, a fin de cuentas, de cómo se movilizan las fuerzas creadoras de las masas populares.

    Sólo cuando se apoya en éstas será posible acelerar con energía la revolución y la construcción resolviendo con éxito cualquier problema difícil, ya que se trata de fuerzas determinantes que las impulsan."

    Hay que resolverlo todo contando con las masas populares, lo que se debe a que ellas son fuerzas determinantes que las impulsan pues son sus protagonistas capaces de propulsarlas.

    Ya que estas son labores para y de las masas populares, que deben ser sus dueñas.

    Las masas populares no son sólo protagonistas de la revolución y la construcción, sino que poseen inagotable fuerza para realizarlas.

    Hay un dicho que dice: Más ven cuatro ojos que dos.

    En la época de tres reinos chinos había un tal estratega que se llamaba Zhu Geliang. Se valió de su cerebro para rechazar el ejército de 150 mil efectivos de Si Mayi con un instrumento músico típico Komungo y también derrotó 200 mil efectivos de Cao Cao. Por eso, en China lo conocen como un genio.

    Un hombre, por muy inteligente que sea, vale menos que las fuerzas y las inteligencias juntas de las masas populares.

    Ellas tienen inagotable fuerza e inteligencia. Ellas son las mas poderosas e inteligentes en el mundo. Si ellas se alzan en la lucha con la toma de conciencia de dueñas pueden resolver con éxito cualquier problema en la revolución y la construcción.

    He aquí la razón de resolverlo todo contando con las masas populares.

    Para llevar a feliz término la revolución y la construcción con la fuerza popular, es forzoso trazar líneas y políticas correctas que reflejen sus demandas y su aspiración y lograr que se las hagan suyas.

    Para la revolución y la construcción es preciso establecer, primero, sus propios lineamientos y políticas.

    La gente emprende la tarea, por más difícil que sea, después de fijar la meta y encontrar medidas. Sólo así, no falla en el trabajo. La revolución y la construcción son magnas obras de transformar el mundo, de tal modo que no es posible ejecutarlas de ninguna manera a ciegas y contando con los dedos. Es por eso que es necesario elaborar lineamientos y políticas.

    Para las justas líneas y políticas es importante interpretar las experiencias y aspiraciones de las masas populares.

    Como la revolución y la construcción son labores para el pueblo, los requerimientos y la aspiración de las masas populares deben ser el punto de partida en el establecimiento de lineamientos políticos. Sólo así ellas pueden ser científicas.

    Aquí hay un ejemplo.

    A mediados de noviembre de tal año, el Secretario General Kim Jong Il visitó la granja cooperativa Lijyon. Allí vio trillar a los campesinos en medio del ruido ensordecedor de la trilladora y del polvo que cubría la era y llamó a uno de ellos preguntando si no les resultaba duro el trillaje. Contestó que estaba contento con trabajar con la trilladora motorizada que con la máquina a pedal. Era cierto. Antes un campesino desgranaba al día apenas 10 sacos de arroz, pero ahora trillaban 60 sacos con la trilladora motorizada. Al oirle contestar volvió a preguntar cuántas horas diarias trabajaban. El campesino, todavía más contento y orgulloso, contestó que trabajaba, desde la madrugada hasta altas horas de la noche, porque era tiempo de mucho trabajo.

    El Secretario General pensó un buen rato y dijo que por supuesto sería más fácil trabajar con la trilladora motorizada, pero eso cansaría a los campesinos. Y preguntó si no tenía otro remedio para facilitar el trabajo. El campesino vaciló un rato, pero se atrevió a expresar su idea de que sería bueno mecanizar el trillaje de tal manera que pudiesen trabajar juntas varias personas. Al oirle contestar el Secretario General quedó un poco pensativo y dijo que tenía buena idea y sería bueno realizar la mecanización combinada en trillaje y fabricar trilladoras multipropósitos.

    Así se elaboró la política de nuestro partido de mecanizar el trillaje combinado, que reflejaba perfectamente la aspiración y las exigencias del campesinado.

    Lineamientos y políticas elaborados según las exigencias y la aspiración de las masas populares manifiestan su gran fuerza cuando ellas se las hacen suyas.

    Los lineamientos políticos no se hacen, por sí solos, propios de las masas populares aunque reflejan sus exigencias y aspiración. Como están limitados el conocimiento y la experiencia individuales es difícil hacer que cada uno comprenda los lineamientos políticos que sinteticen científicamente sus exigencias y la aspiración.

    Por eso se presenta como asunto muy importante que las masas populares comprendan que ellos interpretan sus intereses. Es decir, los lineamientos políticos elaborados que reflejan la aspiración y los requerimientos de las masas populares deben ser compenetrados con ellas.

    Aunque son correctos los lineamientos políticos no se logra la victoria en la revolución y la construcción si las masas no se las hacen suyas.

    Elaborar los lineamientos políticos reflejando la aspiración y las exigencias de las masas populares y propagarlos en las masas populares constituyen un método correcto que cuenta con las masas populares.

    Con miras a efectuar la revolución y la construcción es necesario aunarlas como una sola fuerza política.

    La fuerza popular emana de la unidad. Las masas populares poseen inagotable fuerza, pero no pueden desplegarla si no logran la unidad como una fuerza política.

    ¿Qué importancia tiene el agrupar a las masas populares en una sola fuerza política?

    Es importante aislar, por completo, a los reaccionarios de la revolución y ganar y agrupar a las personas interesadas por la revolución. Esto constituye un principio que se siempre debe mantener firmemente en la revolución y la construcción.

    Por supuesto, aunarlas en una sola fuerza política no significa la unidad sin principio. El propósito de la unidad reside, de todos modos, en hacer bien la revolución. Por lo tanto, no se puede unirse con los que se oponen a la revolución. La "unidad" sin principio no se puede existir. Si hace concesiones con los que dan la espalda a la revolución puede causar consecuencias negativas de destruir la unidad de las masas populares. Por eso, hay que aislar a los contrarrevolucionarios.

    Además, hay que agrupar a quienes tienen intereses en la revolución.

    No son iguales las situaciones sociales de los hombres. Por eso, es posible que haya gente que vacile en salir a la lucha revolucionaria. Si repudiasen a los vacilantes, ¿con quién y para quién harían la revolución?

    Si con tales pretextos separasen a las personas del lado de la revolución pasarían a la reacción. En fin, resultaría debilitar las fuerzas revolucionarias. Así que para la revolución hay que agrupar hasta a los vacilantes e inconsecuentes en la revolución mediante la educación constante y la incorporación en organizaciones políticas.

    Con el fin de llevar a cabo la revolución y la construcción se debe combatir cualquier elemento caduco que obstruya la innovación.

    Son la revolución y la construcción que suprimen lo caduco y crean lo nuevo. Sin embargo, es natural que hay desafíos en la lucha por crear lo nuevo y hacer innovaciones. Por lo tanto, para dar paso a la innovación demostrando la fuerza creadora de las masas populares en la revolución y la construcción es necesario desplegar la lucha consecuente por suprimir lo caduco.

    Sobre todo, el que tiene una particular importancia en renunciar lo viejo es fortalecer la lucha contra el pasivismo y el conservadurismo.

    El pasivismo es la tendencia ideológica y la actitud de trabajo que hace temer al avance con valor en la revolución y la construcción mientras el conservadurismo no admite lo nuevo y avanzado aferrándose a lo caduco y atrasado.

    Las dos tendencias se ligan con el misticismo.

    Los místicos son pasivos en apreciar lo nuevo y se obstinan en el conservadurismo.

    Había tiempo en que el hombre pensaba muy raro el vuelo del avión. Al devanar los cesos muy detenidamente se dio cuenta de que el vuelo del avión era la imitación del modo de volar del pájaro.

    Tanto el cepillar la madera como el pullir el acero tiene la misma razón.

    Los elementos pasivos y conservadores no consideraron raros el vuelo del ave y el cepillo de la madera. Pero, cuando aparecieron el avión y el torno vacilaron y le pusieron freno pensándolo misteriosamente.

    Eso muestra que estos dos impiden el avance de lo nuevo.

    Sólo intensificándose esta lucha es posible poner en pleno juego la facultad creadora de las masas populares y llevar la revolución y la construcción a la innovación y auges ininterrumpidos.

    Para hacer la revolución y la construcción es preciso desplegar en amplia escala el movimiento de masas. Esto es un movimiento social que permite que amplias masas participen activas en ellas.

    En el proceso de la construcción de la nueva sociedad se presentan muchas tareas difíciles, pero importantes. El movimiento de masas es el modo que permite resolver las tareas no sólo a nivel sectorial sino nacional movilizando a amplias masas.

    El movimiento de masas implica un modo creativo que fortalece la unidad y cooperación de las masas trabajadoras y moviliza plenamente su fuerza inagotable. Es el movimiento que les permite tomar la conciencia del artífice de la revolución por realizar el objetivo común. Así, la gente se ayuda y se guía entre sí uniéndose firmemente y trabaja poniendo en pleno juego toda su inteligencia y la facultad creadora.

    El movimiento de masas hace acelerar la construcción de una nueva sociedad por medio de la lucha de las masas e innovaciones colectivas.

    En este movimiento participan amplias masas, lo que lo soluciona todo con la lucha de masas y trae innovaciones colectivas.

    En Corea, después de la liberación, se desarrolló con entusiasmo el movimiento de masas como la "campaña de movilización ideológica general para la construcción del estado", el "movimiento Chollima", el "movimiento por la obtención de la bandera roja de las tres revoluciones" y el "movimiento para seguir el ejemplo de los héroes salidos del anonimato". A consecuencia de esto se registraron milagros y auges en todas las esferas de la revolución y la construcción acelerando así enérgicamente la construcción del socialismo.

    Esto demuestra que para la construcción de la nueva sociedad es preciso organizar bien y desarrollar sin cesar el movimiento de masas que hace manifestar la fuerza y la inteligencia de las masas populares.

    Para realizar la revolución y la construcción contando con las masas populares se debe aplicar un modo de trabajo revolucionario.

    Establecer un modo correcto de trabajo es muy importante para movilizar la facultad creadora de las masas populares. Pese a las líneas y orientaciones intérpretes de las exigencias y la aspiración de las masas populares, si falta un modo correcto de trabajo no se puede movilizar activamente su fuerza. Si los funcionarios no poseen un modo de trabajo correcto la gente no despliega su iniciativa creadora ni tampoco manifiesta suficientemente su fuerza e inteligencia.

    Si los funcionarios trabajan gritando con tono amenazador e imponiendo sus ordenes a las personas, éstas no se movilizan.

    Entonces, ¿qué es el modo de trabajo revolucionario?

    Era un método de trabajo que permite compenetrarse siempre con las masas para conocer la situación real y tomar medidas justas para la solución de los problemas, propiciar que la instancia superior preste ayuda eficiente a la inferior, anteponer la labor política a otros trabajos de tal manera que las masas se movilicen voluntarias en el cumplimiento de las tareas revolucionarias y solucionar de modo creador cualquier problema, sin formalidades ni moldes, de acuerdo con las peculiaridades concretas y las circunstancias que se presenten.

    Este método de trabajo exige compartir siempre con las masas las penas y las alegrías, mostrarles ejemplos prácticos poniéndose a su cabeza y tratarlas con una actitud modesta, sencilla y generosa, orientándolas a fin de que manifiesten sin reservas su espíritu creador y su iniciativa.

    Esto es el modo de trabajo Juche. Es un método de trabajo revolucionario y popular que permite a las masas populares, por medio de la educación, que tomen la conciencia de ser dueñas de la construcción de la nueva sociedad y que se responsabilicen de su papel.

    Dicho método de trabajo se difiere radicalmente de aquellos métodos que mueven al hombre a fuerzas del dinero y del látigo, y del método de trabajo administrativo y de mando. Es un método que llama a las masas a tomar la conciencia.

    Como se ha mencionado anteriormente la idea Juche enseña el método de apoyarse en las masas populares ofreciéndonos una herramienta potente que permite llevar a cabo con éxito la revolución y la construcción mediante la movilización de las fuerzas e inteligencias inagotables de las masas populares.