Póngase letras de registro Son letras prohibidas
Vías correctas para la independencia política

    La idea Juche enseña la más correcta vía para la defender el principio de la independencia política.

    Es necesario, primero, construir el poder popular; segundo, formar sus propias fuerzas políticas; tercero, contar con su propia ideología rectora y su propia determinación en la elaboración de los lineamientos políticos y cuarto, tener la soberanía y la igualdad en las relaciones exteriores.

    La primera vía radica en construir el poder popular.

    El Secretario General Kim Jong Il dijo:

    "Para asegurar la independencia en la política es preciso establecer el Poder popular."

    La construcción del poder popular es el primer requisito de la independencia en la política. El derecho humano independiente se expresa y se representa fundamentalmente en el poder estatal. Su expresión fundamental significa que la exigencia y la voluntad de la ciudadanía se sintetizan por la organización política que es el estado y se interpretan en su política. Por lo tanto, las masas populares deben construir un poder popular que las pueda delegar en los derechos independientes. Tienen que ocupar el lugar del agente del poder popular para poder ejercer su independencia política y disfrutar una vida independiente y creadora en todos los terrenos de la vida social.

    En tiempos pasados el pueblo coreano se vio forzado al destino apátrida por haber sido despojado de su poder estatal. Sin embargo, el Presidente Kim Il Sung liberó el país construyendo el poder popular, de tal manera que el pueblo coreano llegó a ser dueño digno de la sociedad forjando su destino de manera independiente y creadora.

    La realidad de la Corea socialista da prueba de que las masas populares deben tomar en sus manos el poder estatal, cuando llegan a gozar de una vida independiente y creadora.

    Otra de las vías correctas de la independencia política reside en formar sus propias fuerzas políticas.

    El Secretario General Kim Jong Il dijo:

    "Con miras a asegurar la independencia en la política, hace falta preparar fuerzas políticas internas."

    La formación de sus propias fuerzas políticas sirve de garantía determinante para la política independendiente. La política necesita el apoyo de la fuerza, sin la que nadie puede hacer nada a su antojo.

    Todo país necesita sus propias fuerzas políticas. Así es posible que elabore y ejecute lineamientos políticos según su propia fe y voluntad y no vacile en seguir su camino sin dejarse influir por ningún tipo de presiones e injerencias extranjeras.

    Hoy los imperialistas traman maquinaciones abiertas encaminadas a la agresión y la guerra tales como las guerras de Iraq y Balcan violando arbitrariamente la soberanía nacional,condición que sería una ilusión aspirar a la independencia política sin preparar sus propias fuerzas revolucionarias.

    Las forman las fuerzas políticas, económicas y militares.

    Las fuerzas políticas se refieren a la fuerza popular mancomunada en forma ideológica y voluntaria en torno al líder. Las económicas son la potencia física capaz de satisfacer las necesidades de los medios materiales necesarios para la revolución y la construcción y las militares constituyen la fuerza militar capaz de hacer malograr la agresión armada imperialista, demoler las intrigas contrarrevolucionarias y garantizar por su propia cuenta el desarrollo exitoso de la revolución y la construcción.

    De las tres fuerzas es fundamental la política. Porque impulsa la lucha revolucionaria y es el factor determinante de las demás. Sólo la fuerza política popular, firmemente unida en torno al líder y el partido puede fomentar una poderosa fuerza económica y militar.

    La frustración del socialismo en países euroorientales nos permite sacar serias lecciones. Por más poderosas e inmensas que sean la potencialidad militar y la fuerza económica que tenga un país, si las masas populares no se preparasen de modo político e ideológico no poderían deshacer la ofensiva contrarrevolucionaria, de tal modo que no se evitan vicisitudes y fracasos en la revolución y la construcción.

    Hoy la RPDC ha logrado la unidad monolítica invencible por medio de aliar al pueblo en torno al líder, de tal modo que defiende su independencia política por más complejas condiciones que se creen, saliendo así siempre victoriosa en la revolución y la construcción.

    La unidad monolítica del líder, el partido y el pueblo es el arma superpoderosa, inquebrantable por nadie y por nada del mundo, no aun por las armas nucleares.

    Otra de las vías para la independencia política reside en concebir su ideología directora y determinar en forma autóctona y según su propia resolución los lineamientos políticos.

    La fundamental en la política es definir y ejecutar la política. Sin tener una ideología rectora es imposible elaborar lineamientos políticos concordantes a sus propios intereses. Al dejarse presionar por intervenciones ajenas y bailar al son que le toquen no es posible tener la constancia en las actividades estatales.

    Lo demuestran los casos de no pocos países que emprendieron el camino al socialismo después de la Segunda Guerra Mundial. Los partidos de dichos países consideraron absolutos los lineamientos políticos del país que les anticipó en la revolución tomando por standard revolucionario asimilarlos. No tomaron el camino a la independencia sino a la copia. Habían transplantado tanto el partido como el estado e imitaron a porfía lo que hacía, no importa que les convenía o no. Por ejemplo, convocaban congresos en pos del congreso de dicho país. De ahí procedió el rumor de que si los moscovitas salían a trabajar con paraguas lo hacían los berlineses y los budapesteños, no importa que les apuntaba el sol.

    Sin embargo, el Presidente Kim Il Sung condujo sabiamente la revolución y la construcción; la elaboración de los lineamientos de la construcción del partido, el estado y el ejército; la orientación de la transformación democrática de la sociedad; la polítca con la intelectualidad; la revolución socialista de transformar las formas económicas antes de la transformación técnica; los lineamientos básicos de la construcción económica socialista de dar preferencia al desarrollo de la industria pesada y desarrollar paralelamente la industria ligera y la agricultura; la línea general de la construcción socialista cuyo contenido reside en las tres revoluciones: ideológica, técnica y cultural.

    De modo que el socialismo coreano avanzó sin vacilación alguna aun en medio de las grandes olas políticas que azotaron el este y el oeste del globo poniendo coto al socialismo de esos países que seguían ciegamente la batuta ajena.

    Estos acontecimientos históricos prueban que hay que tener una ideología científica rectora que interpreta la aspiración y la exigencia de las masas populares y elaborar de manera independiente los lineamientos políticos.

    Otra de las vías para la independencia política radica en ejercer la plena igualdad y la soberanía en las relaciones exteriores. Ellas son el derecho sagrado de todos los países.

    En el mundo hay países grandes y pequeños, desarrollados y subdesarrollados, pero no puede haberlos privilegiados ni desprivilegiados. Todos los países son independientes e iguales. No se debe permitir ningún tipo de intervención. Siguiendo ciegamente a algún otro país en relaciones exteriores ningún país puede resolver independientemente en aras de los intereses populares cuantos problemas se presentan en la revolución y la construcción. Esto es la lección histórica.

    Los países ex socialistas de la Europa Oriental no tuvieron la independencia en relaciones exteriores, debido a lo que no llegaron a construir el socialismo que les garantizase la prosperidad nacional y, al fin y al cabo, se cayeron con el derrumbe de la URSS que gritaba la perestróica y la transformación aferrándose al revisionismo.

    Todos los países del mundo deben sacar grandes lecciones procurando no dejarse agredir su soberanía nacional y respetando la soberanía ajena. Así será garantizada la soberanía nacional de todos los países en el escenario internacional.

    Vale la pena descifrar las relaciones de la soberanía y la independencia políticas con el internacionalismo. Tanto en el pasado como ahora continúan las censuras absurdas hacia esos países que mantienen la independencia política en la arena internacional tildándolos de aislacionistas o nacionalistas.

    La idea Juche indica que la independencia política no contraria al internacionalismo sino que le sirve de base para su confortación. Independientemente de la independencia política no puede haber una amistad y solidaridad auténticas. No puede haber ningún país que quiera promover la amistad con esos que gustan intervenir en asuntos internos ajenos menospreciando su soberanía nacional.

    Originalmente la solidaridad internacional ha de ser voluntaria e igualitaria, lo que requiere la plena independencia. La defensa de la independencia es la vía más correcta de hacer aportes nacionales a la revolución mundial.