Para el partido que hace revolución encargándose del destino del pueblo, la ideología es la única y la más poderosa arma.

La ideología es el arma más poderosa para el partido que hace revolución. El partido no puede desempeñar su misión y deber de orientar la revolución ni consolidarse sin la ideología. El poderío del partido que hace revolución depende grandemente de la grandeza de la idea rectora en que se apoya. Cuanto grande es la idea, tanto más fácilmente atrae la simpatía de las masas. Cuanto más es el partido que se apoya en la guía directriz con gran fuerza de atracción y vitalidad, tanto más es poderoso. El Partido del Trabajo de Corea es el poderoso partido revolucionario que toma el kimilsungismo-kimjongilismo, grandísima ideología revolucionaria, como guía directriz.

Para el partido que hace revolución, la única arma es la idea, y la labor ideológica es la forma propia de actividades del partido. El partido que no tiene su propia idea e ideal política acertadas y que no concede importancia a la labor ideológica no puede concientizar ni organizar las amplias masas ni puede estimularlas activamente a la revolución y construcción. El partido no es algún órgano legislativo y del poder ni tampoco organización que gobierna a la gente con el puesto oficial o el poder monetario como los partidos políticos burgueses. La educación y la movilización de la gente con la idea como arma, he aquí la característica propia del partido revolucionario.