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El hombre es dueño de todo y lo decide todo

    ¿Cómo resolvió la idea Juche el problema fundamental de la filosofía?

    El Secretario General Kim Jong Il dijo:

    "Como señalara el Líder, la idea Juche se asienta sobre el principio filosófico de que el hombre es dueño de todo y lo decide todo. Esclareció este principio considerando el problema fundamental de la filosofía a partir del hombre."

    La idea Juche puso en claro que el hombre es dueño de todo y lo decide todo, dando así una correcta respuesta al problema fundamental de la filosofía.

    El hombre es dueño de todo y lo decide todo, lo que constituye el principio filosófico de la idea Juche.

    Todo principio esclarece el índole de las cosas y los fenómenos y la razón de su cambio y su desarrollo. Toda ciencia tiene ciertos principios y se considera fundamental el principio de base para los demás filosóficos.

    La idea Juche desarrolla su contenido y sistema sobre la base del principio fundamental filosófico: el hombre es dueño de todo y lo determina todo.

    El hombre es dueño de todo.

    El término dueño tiene varias significaciones: dueño de una cosa; dueño de una empresa; dueño de los esclavos; dueño de la familia, etc. Generalmente se refiere a las relaciones de propiedad, casta, familia, etc.

    El término dueño de la idea Juche se refiere al concepto filosófico que interpreta el lugar del hombre en el mundo.

    He aquí palabras del Secretario General Kim Jong Il.

    "Que el hombre es dueño de todo significa que es dueño del mundo y de su propio destino, y que el lo decide todo quiere decir que desempeña el papel decisivo en la transformación del mundo y en la fragua de su propio destino."

    El hombre es dueño de todo, lo que implica que es dueño del mundo y su destino. Esto esclarece el lugar que el hombre ocupa en el mundo. En otras palabras, el hombre no vive sujeto al mundo circundante sino que lo domina según su necesidad y voluntad.

    Hay en el mundo una infinidad de diversos seres materiales: animados e inanimados. No obstante, no hay ninguno que domina el mundo que lo rodea, menos el hombre.

    Ni el león, rey de la selva ni el tiburón, dueño del mar dominan el medio ambiente respectivamente. Se alimentan de otros animales y peces, pero no viven sino adaptándose a las condiciones dadas. Es decir, el león no puede vivir en el mar, tampoco el tiburón en la tierra. Los animales, por más desarrollados que estén, no son más que seres que viven sumisos a las condiciones que les son dadas.

    Sin embargo, el hombre no vive sujeto al mundo que lo rodea sino que lo va dominando según su necesidad y voluntad. No hay ningun ser que pueda dominar el mundo, menos el hombre.

    El lugar del hombre en el mundo se eleva constantemente con el desarrollo de la historia. Esto no implica que el hombre domina de una vez por todas el mundo que lo rodea. Cada generación humana tiene ciertos límites en la esfera de dominio del mundo. El hombre va dominando poco a poco el mundo a través de la lucha constante de todas las generaciones. Es, en este sentido, que decimos que el hombre es dueño del mundo.

    Esto implica que el hombre es dueño de su propio destino. El mundo circundante no se adueña jamás del hombre.

    El dueño del destino humano lo es sólo el hombre.

    El hombre lo determina todo.

    Esto se refiere al papel que el hombre desempeña en el cambio y la transformación del mundo.

    El hombre hace el papel determinante en la transformación del mundo y la fragua de su propio destino.

    Las cosas y los fenómenos tienen varias causas en su cambio y evolución. Ellas no hacen el mismo papel. Las hay determinantes y ordinarias. Pasa lo mismo en el cambio y la evolución del mundo.

    La transformación de la naturaleza requiere ciertos medios materiales y técnicos. Para ganar la marisma al mar es necesario cierta cantidad de excavadoras, gruas, cemento, etc. tal como los primitivos necesitaban medios rudimentarios para cazar animales o recoger frutas. Esos medios tienen gran importancia en la transformación de la naturaleza. No obstante, el papel determinante hace el hombre. Por más grande que sea el papel de los medios no se compara con el humano.

    Los medios de la tecnología de punta tales como la computadora y el robot posibilitan hoy la automatización y la no personificación de la producción, a no ser que temen ciertas personas difundiendo la lógica absurda de que puedan dejarse despojar del lugar que ocupan.

    Por más grandes que sean las veces que hacen los medios modernos no daran lugar a que la gente se caiga inservible e impotente.

    Los medios ultramodernos de que nos servimos demuestran la creatividad inagotable del hombre y la función determinante del hombre en la transformación del mundo.

    Por ejemplo, la computadora controla la producción, lo que se debe a que el hombre le dio mandatos de hacerlo por medio del programación.

    Por eso decimos que el hombre hace el papel determinante por mayor que sea el número de los medios ultramodernos que participan en la transformación del mundo.

    La función y el poderío de los medios dependen enteramente del hombre.

    Mientras el hombre va transformando el mundo se va recapacitando todavía más para poder transformar en el nivel superior el mundo que le rodea.

    El hombre hace el papel determinante en la fragua de su propio destino. El destino humano se va forjando cada vez más en el proceso de transformar el mundo y no puede haber ningún otro ser que el hombre capaz de determinar el destino humano. La fragua del destino humano depende totalmente de los esfuerzos humanos destinados a transformar el mundo.

    Es más científico y revolucionario el principio filosófico de la idea Juche: el hombre es dueño de todo y lo determina todo.

    Es el más científico por interpretar correctamente el mundo real en que el hombre vive.

    El hombre es el único dominador del mundo que se va transformando cada día más por aquel. Hay acciones recíprocas entre el hombre y el mundo: acción humana hacia el mundo que, a su vez, acciona hacia aquel. La primera es principal. Gracias a ella se va atenuando la influencia desfavorable del mundo mientras se crean condiciones favorables para el hombre. De modo que el hombre va tomando el lugar de dueño del mundo haciendo el papel determinante en su transformación. Así se van en aumento tanto el lugar como el papel. El principio filosófico de la idea Juche refleja correctamente el mundo real en que con la historia toman creces el lugar y el papel del hombre.

    El principio filosófico de la idea Juche es revolucionario que enseña el camino recto de la fragua del destino humano.

    El término destino, no se sabe desde cuando empezó a darse a la lengua, solía interpretarse como algo fatal, incontrolable por el hombre. Solía someterse a la deliberación misteriosa y religiosa sin ser objeto de la ciencia.

    La idea Juche define el destino como perspectiva de la posición, la vida y la muerte y el progreso del hombre, a lo que da una aclaración científica.

    El principio filosófico de la idea Juche no sólo da una correcta opinión acerca del destino humano sino que también orienta a su fragua: el hombre debe tomar las riendas de su destino fraguándolo de manera independiente y creadora.

    He ahí precisamente la razón por la que el principio filosófico de la idea Juche es revolucionario que sirve auténticamente para las masas populares.

    La historia humana es posible que digamos la historia de la fragua del destino de las masas populares.

    El hombre sabrá forjar exitosamente su destino por medio de seguir luchando por la conquista de la naturaleza y la mejora de la sociedad.