Un día de septiembre de 2013 el estimado compañero Kim Jong Un visitó el edificio de viviendas para pedagogos de la Universidad Kim Il Sung en vísperas de inauguración.
Cuando recorría una tras otra las habitaciones de una vivienda, se mostró lastimado en la recámara de matrimonio preguntando por qué no colocaron allí la cama.
Un funcionario le respondió que dejaron el espacio para que los moradores pudieran colocar los muebles favoritos. Entonces el mandatario señaló que debían poner camas en los dormitorios, que el edificio contaba con 300 viviendas y que para poner camas en las habitaciones de matrimonio e hijos necesitarían 600 piezas. Y tomó las medidas para resolverlas.
