Un día de diciembre de 1994, un helicóptero de reconocimiento del ejército agresor norteamericano que había invadido el espacio aéreo territorial de la RPD de Corea fue derribado por un soldado coreano.
Informado de ello, el gran Dirigente Kim Jong Il se quedó muy satisfecho diciendo que el Ejército Popular había mostrado su valentía a los invasores yanquis. Y declaró con énfasis que si los enemigos invaden 0.001mm del territorio de la RPDC, hay que derrotarlos sin piedad.
Posteriormente, en un encuentro con los miembros de mando militar el gran Dirigente enseñó que si los enemigos intentan agredir el país tienen que asestarles golpes implacables y subrayó que la intransigencia y la rotundez son la constitución del Ejército Popular que tiene arraigada en su tradición desde la lucha armada antijaponesa y que en el caso de los violadores de la soberanía Corea nunca los perdonará ni habrá la palabra tolerancia.