En agosto de 1948 el gran Líder Kim Il Sung, confiando en los militares, decidió organizar con audacia la unidad de tanques dentro de dos o tres meses, meta que ninguno había intentado en el pasado.

Visitó el centro de entrenamiento de tanquistas y les infundió la confianza diciendo que, aunque el tanque es una máquina de tecnología moderna, complicada y precisa, todos pueden manejarlo si se esfuerzan con férrea voluntad por dominarlo.

En noviembre del mismo año el gran Líder volvió a visitarlo para entregar el estandarte del ejército a la primera unidad de tanques de la nueva Corea, que dio sus primeros pasos al cabo de tres meses.

En una ocasión, un mariscal soviético le preguntó cómo había podido organizar la unidad de tanques tan poderosa en un corto plazo de tres meses.

Al escuchar la respuesta de que el secreto estaba en despertar la idea y espíritu revolucionario de los militares, tripulantes de tanques, el mariscal soviético se quedó admirado diciendo que la idea Juche de Kim Il Sung es la llave omnipotente tanto para la edificación del Estado como para la construcción del ejército.