El 9 de septiembre de cierto año el gran Dirigente Kim Jong Il dijo a los funcionarios que cada vez que celebraba el día de la fundación de la República se le ocurría a la memoria primero la imagen del gran Líder, camarada Kim Il Sung. Continuó que la efeméride tenía mayor significación como día en que este fue electo primer jefe de Estado del país independiente soberano que el día en que se proclamó la fundación de nuestra República.
Siguió diciendo que bajo el regazo de la República Popular Democrática de Corea fundada y dirigida por el gran Líder Kim Il Sung, nuestro pueblo se disfrutaba de una vida feliz y estaba prometida la prosperidad eterna de la nación, que la dignidad y el honor de nuestra nación brillaba más por la autoridad del gran Líder y que nuestra República era inimaginable al margen del nombre de su fundador y por eso la Corea moderna era precisamente la Corea del gran Líder, camarada Kim Il Sung.
El mismo día señaló que Kim Il Sung cumplía 34 años cuando alcanzó la causa de la liberación de la patria y 37 años cuando fundó la República y fue electo como jefe de Estado. Expuso que el mundo conocía a muchos dirigentes estatales pero, no había un Líder como Kim Il Sung quien emprendió la lucha revolucionaria a tierna edad, condujo a la victoria la tan ardua revolución nacional antiimperialista y fue electo jefe de Estado a la edad tan joven. Y le rindió el máximo tributo.
