Fue por la tarde del 17 de abril de 1946, cuando el Presidente Kim Il Sung asistió al banquete de bienvenida de la Fábrica del Pueblo de la Región Hungnam.
El director de la Fábrica hizo un discurso de bienvenida acogiendo calurosamente al gran Líder y le presentó a dos técnicos quienes habían realizado proezas en la reconstrucción de la fábrica.
Los imperialistas japoneses, al ser derrotados, hicieron los edificios de la fábrica en ruinas y quemaron todos los diseños de proyecto y los documentos técnicos. Sin embargo, los obreros de la fábrica, siguiendo el lineamiento de la construcción de nueva patria presentado por el gran Líder, reconstruyeron la fábrica y empezaron a fabricar los productos químicos al luchar tenazmente junto con los técnicos.
Al recibir este informe, el gran Líder se levantó, tomó sus manos calurosamente y evaluó sus éxitos altamente diciendo que ellos eran, precisamente, los tesoros de nueva Corea.
Cuando el director de la fábrica ofreció una copa al gran Líder, éste dijo que sería tomarla todos juntos, tenía la confianza al recorrer por la fábrica, los obreros de la fábrica organizaron bien el trabajo y que era un hecho alegre de que todos los obreros y los técnicos tenían la convicción firme de reconstruir y administrar la fábrica con sus manos.
Prosiguió que Hungnam era el centro y el corazón de la industria de Corea y expresó su satisfacción diciendo que estaba muy alegre en cuanto al desarrollo de la fábrica.
El interior de la sala estaba lleno de los violentos aplausos en respuesta a la estimulación del gran Líder.
